sábado, diciembre 29, 2007

Por un mundo sin hallacas!!!


De verdad que para muchos no hay nada más sabroso que una hallaca, mucho más si la hace SU MADRE!. Yo no puedo decir lo mismo. Mi progenitora no hace hallacas, y cuando se le ha ocurrido la brillante idea de hacerlas ha sido en días como el mismo 24 como a las 7:45 de la noche. Es decir que nos agarra el nacimiento del niño embadurnados de onoto, envuelto en hojas de plátano y pagando la arrechera con el pobre hilo pabilo. Una vez recuerdo que a "mami" no le dio tiempo de picar bien el guiso y parecía que cada multisápida tiene un bisteck envuelto en harina precocida. ¡Qué vaina tan desagradable! Si maíta me escuchara, me deshereda. Todos nos veimos la cara con ganas de que alguien comentara algo y como siempre el más salío de todos (entiéndase yo) tuve que arrugar la cara en el momento justo que ella me veía. No hubo necesidad de decir nada. Mi madre me vio y armó tremendo drama en el que la difunta primera actriz Amalia Pérez Díaz se quedó chiquita (liliputiense mejor dicho). Desde allí me hago el loco y trato de evadir las hallacas elaboradas por la culpable de mi linaje y descendencia. Conmigo si es verdad que la canción se peló: "La mejor hallaca no la hace mi mamá". Fue aquí cuando entendí que en nuestro país, la hallaca representa el icono del orgullo familiar decembrino, es lo más esperado, es como el sello de la realeza que no se debe ofender ni profanar. El sabor de una hallaca define tu estirpe y tu reputación. Por lo tanto mi familia y yo estamos jodidos, nos quedamos sin pedigree, en fin pues somos unos cacri (callejeros-criollos).
Lo peor es que siento que me persigue "la maldición hallaquera". Casa que visito, gente que me da par de bolsas con sendas bichas mamarrúas, parecen unos toletes tiesos de un experimento inagotable que pulula por todas las familias que paso a saludar. "Toma hijo para tí las más grandes", y yo con cara de recién haber chupado tamarindo verde, le digo: "Gracias mi doñita", "Gracias Vecina", "Gracias Amiga", "Gracias mi amor" y despué de la ronda, llego a mi hogar como con diez bolsas llenas de ese masero revuelto con aceituna, pasas, alcaparras (especies odiadas por mi paladar que provocan mi regurgitación instantánea a punto de expulsar sustancias internas, de sólo pensarlo).
Pero eso no queda allí, más jodido es cuando me levanto el 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31 de diciembre, 01 y 02 de enero, abro la nevera y veo de arriba a abajo y lo que hay es hallaca y bollos (derivados o sobrantes de los materiales de la hallaca) que para no botarlos tu abuela o tía le dicen a tu madre con tono hipócrita y en falsete sostenido: "Haz unos bollitos, que te quedan ricos...". Allí suelto los improperios más inauditos que jamás sus oídos escucharán de otro ser tan indignado como yo. Es allí cuando me toca el menú. De desayuno: Hallaca, de almuerzo: Hallaca, de cena: Hallaca, de merienda: Bollitos de Hallaca. De verdad las odio con toda mi alma. Y lo más detestable es que me las tengo que calar hasta que se acabe la existencia del pseudo suculento producto decembrino.
Amigos disculpen mi ira, pero por qué no me dan vino, panetón, torta, pan de jamón, sino Hallacas? Es mi karma. No puedo hacer otra cosa que sentirme como un endemoniado al ver un crucifijo, apenas medio observo de refilón una hoja de plátano, me sale espuma por la boca y mis amigos deben recurrir a golpearme el encéfalo para salir del shock.
He decidido que en diciembre no visitaré a más nadie y comeré en la calle lo que me apetezca. También prometo que a quien me visite le zampo tres hallacas en una bolsa y lo saco a empujones antes de que se arrepienta. Si saben de alguna fundación con tratamiento para personas con adversión a platos navideños y secuelas estomacales y cerebrales por el consumo de este vil plato típico, avísenme por favor.
Madre perdóname, pero desde chiquito me enseñaste a decir la verdad, cueste lo que lo cueste. Así que esta vez, te tocó a ti...

P.D: No me podía ir sin dejar una perlita. Feliz Año Nuevo, Dios les bendiga.

miércoles, diciembre 26, 2007

Sorry & burry

A ver, cómo podría pedir disculpas... bueno creo que mejor sería pedir perdones porque tengo 20 días sin postear nada de nada, y aún peor, sabiendo que bloguero que se respeta escribe por lo menos una vez a la semana, así que soy un vil irrespetado, jejejeje. Tampoco crean que es, que mi musa huyó por culpa de una ingesta hallaquera, sino que he tenido muchas responsabilidades que me han ocupado más de lo pensado, pero ya tomaré unos días de vacaciones para vivir y escribir vida. Felices Fiestas. Con aprecio. Erwin.

P.D: Gracias Neogabox, gracias a todos los que que me visitan por este detalle:

jueves, diciembre 06, 2007

Se graduaron...

Sí señores, a esos muchachos llenos de ímpetu, que alguna vez conocí tembloroso en mi primer día como profesor, les tocó vivir un día especial; su graduación. Fue un acto irreverente y original, como ellos, rompieron protocolo, gritaron consignas, lloraron, rieron, cantaron, otros doblaron (jejeje) y se pusieron de pie muchas veces. Gracias por haber depositado su confianza y cariño en mí, al escogerme como padrino. Creo que me queda grande porque apenas soy un pichón de profesor, pero con ustedes subí un peldaño. Han sido mis buenos maestros.
En este nuevo camino como comunicadores sociales se van a dar algunos ladrillazos en la cabeza, pero no tienen que perder la fe. Las cosas de la vida pasan porque tienen que pasar, así que tienen que confiar en algo: en Dios, en la vida, en el Karma, en el destino, en los instintos, en las imágenes, en las piedras o en un palo de madera, en lo que sea, pero tienen que creer. Particularmente, yo creo en Dios y él es el que actúa en mí cada minuto haciéndome más competitivo y creativo.
Arriesguen, crean en sus sueños, no dejen ahogar la voz de su interior, no teman a hacer el ridículo algunos que fueron tildados de locos hoy son grandes genios. No juzguen, bien lo dice El Principito: "Los esencial es invisible a los ojos".
Mi aplauso para ustedes... felicidades, y como digo al terminar cada clase: SEAN LOS MEJORES.

martes, noviembre 27, 2007

Click / Idolo Gris (parte II).


Qué si soy un ídolo? claro que lo soy. Ahora me la paso por todas las calles, rodando y rodando. La pepsi no tuvo compasión conmigo, le sacó el néctar a mi foto... Pueden apreciarla aquí en un antiestético transporte público que recién había pasado a un vehículo último modelo del cual sólo vemos su moderno parachoques.

Y qué podría decir de estos elaboradísimos posters colgados en las panaderías, kioskos de fritangas, empanadas, perros calientes. Claro que sí vale, ¡soy un ídolo!. En estos días vi a un señor recogiendo la basura de su bodega con mi cara. ¡Dios que impotencia me dio!. Todavía esperando un chequecito de la Pepsi a ver si puedo resarcir los daños morales que me ha causado esta campaña nefasta.

martes, noviembre 20, 2007

El Diario de Carlota (La venganza de Marcos)


Cómo es posible que después de tantos años, Carlota no sospechara lo que siento por ella?
Después de haber leído sus escritos más íntimos, me dediqué a escucharla, soporté cada palabra hiriendo mi ego. Cada lágrima derramada por él, laceraba mi ya desgarrada alma.
Todo sucedió el fin de semana del 12 de octubre, tenía preparado desde hace tiempo su viaje a la playa con unos amigos (Gustavo y Laura). Yo no quería que ella fuera, presentía algo malo. ¡De pronto son mis celos de siempre!, pensé. En el trayecto, Gustavo decidió buscar a su mejor amigo. Era él. Era él, quien robaría la mirada de Carlota para clavarle una estaca en su corazón; era él, el encargado de hacerle sentir millones de mariposillas de todos los tamaños revoloteando el estómago de la que siempre creí para mí. Era él, Marcos.
Ese mismo viernes, en la playa, sus ojos se cruzaron y despertaron el lugar donde habitaban los espíritus escondidos. Tropiezos convertidos en caricias obedecieron la atracción de sus cuerpos sumergidos bajo el infinito azul. Esa misma noche, Marcos cautivó a Carlota contándole fábulas de estrellas (con rencor pienso que quizás ese sea el triste y fantoche discurso que les dirá a todas). Una sola carpa albergaría a los tres aventureros y a mi princesa. Ella siempre tan delicada con su asma, empezó a toser sin parar. Cuando eso pasa yo la calmo enseguida, yo sé cómo hacerlo. Marcos estaba justo a su lado, donde siempre he querido dormir y desgraciadamente nunca he podido. Ella se tomó una pastilla y se acostó boca abajo, fue allí cuando sus dedos se atrevieron a rozarla para tratar de serenar su agitación. Pasaron los minutos y ella se hacía la dormida, con sus hermosos ojos entreabiertos, pasaron las horas y ella respondió acariciándolo entre atemorizada y gustosa. Acto que terminó en uno de los besos más deseados en la vida de Carlota. Al ver eso sentí un frío que entumecía mis huesos, desde allí me era difícil leer con claridad el siguiente párrafo, mi vista se nubló.
Al salir de la carpa le costó subir la mirada, pero ya lo hecho, hecho estaba. Fue allí cuando asumió que el espacio vacío ya tenía nuevo inquilino. Me contó que terminado ese fin de semana, se veían en la universidad, compartieron sus alegrías y esperanzas, pasaron 10 días completamente juntos, el amor tomó forma, y a mí ni me atendía las llamadas, pues el celular estaba disponible sólo para Marcos. Pasé 10 días sin verla y no aguanté.
Ese domingo, yo la iba a buscar y ella me dijo que iba a estudiar historia de Venezuela, pasé a saludar a su vecina y por casualidad, veo que él la vino a buscar en su camioneta. Enseguida bajó, muy bien vestida y perfumada, como siempre. Fueron al teatro. Llegaron casi a las 11 de la noche, según mi reloj cansado de esperar en la ventana de la casa de al lado. Antes de despedirse, Marcos abrió la puerta del auto, se recostó y la abrazó. El hablaba y ella no lo podía creer. “Sabes… he pasado una de las semanas más espectaculares a tu lado, pero creo que debemos dejar de vernos. Estoy en medio de una difícil situación familiar y aparte de esto, por muchas razones creo que debo irme del país”. Carlota sintió que dejaba de respirar, pero aguantó con fuerza el inesperado torrente del destino. Para terminar, él sólo agregó: “Soy demasiado entregado y enamoradizo, y a la final quien termina perdiendo soy yo”. Así cerró su sentencia egoísta.
Ella por más que quiso gritar tantas cosas, su voz quebrada apenas le permitió unas palabras sin sentido. El ya no pudo hablar, nada más llorar e irse con la maleta colmada de las ilusiones de quien confío en él.
Carlota ha tenido la peor semana de su vida, todas las canciones le recuerdan a él, su comida favorita no tiene el mismo gusto, sus pensamientos la rebasan, miles de acertijos pasean por su cabeza buscando una respuesta certera a lo que vive. Una confusión de amor endulzado con odio y despecho desmesurado, muestran las oscuras sombras bajo la pérdida mirada de Carlota. Ayer la fui a visitar y no hizo más que hablarme de él. Yo aproveché para abrazarla y tenerla junto a mí. Por momentos se quedó muda y yo imaginé que rememoraba aquellas caricias bajo el mar y las estrellas, mientras ese silencio acuchillaba mis ganas de tenerla en mis brazos.
Cada vez que me llama pienso que me dirá esas palabras que tanto quiero escuchar, pero es sólo para hablarme de él. [Carlota me atormentas, me castigas, me matas y resucitas para volverme a sacrificar en este mísero ataúd lleno de vacío].

“Aún así construiré un castillo para mi majestad,
dibujaré paisajes en los mundos del más allá,
mientras él sigue en su viaje sin saber adonde va,
y yo lentamente despierto en esta triste soledad”.

jueves, noviembre 15, 2007

El sucio negocio de ser un Nerd

Algunas o muchas veces de mi vida me he sentido Nerd, quizás por leer mucho, por querer saber más de lo que sé, por sobresalir, por cubrir mis defectos, en fin. Pero la etiqueta de Nerd es un estigma que por más que quiera muchas veces no puedo eludir desde niño. Más grave es cuando combino ser Nerd con ser salío o metiche, entonces logro una mezcla exitosa que resulta interesante para cualquier periodista.
Pero en el fondo, no saben cuánto he sufrido por ser un digno representante de ese estereotipo, de parecer una persona muy inteligente o fascinada por el conocimiento. A veces me preguntan cosas que ni siquiera hubiese imaginado su existencia, es allí cuando me quito los lentes y quisiera tener un peinado punk o escribir para la estúpida y pubertina revista "TU" una sección más de "trágame tierra".
Recuerdo que en el colegio casi ni me hablaban, era el propio pajúo y torpe, el jalabolas de la maestra, siempre me sabía todas las respuestas, levantaba la mano mientras mis amiguitos me laceraban y maldecían con sus miradas llenas de repulsión. En la universidad ocurría algo similar, seguía levantando la mano como un bolsa, pero en vez de odiarme todos me amaban, me utilizaban como reproductor, más que todos las compañeras de clases. Era instántaneo verme y pretender apretarme un botón de play que imagino estaba en mi frente. Sobre todo una de ellas, que estaba demasiado buena, era hermosa, sexy, provocativa, una imagen preversamente eyaculatoria que se contorneaba en pleno para mí. Con sus labios carnosos y ojos felinos me decía: Hola Erwin (besito), Si estás lindo!!! Ay nené hoy no pude estudiar. Tenemos examen verdad?
Yo: (babeado aún y sin aliento...) Sí. (suspiro profundo).
Ella: Bueno dime lo que dice la guía, por fa... (otro beso).
Y entonces yo le soltaba aquellas hojas completamente memorizadas a través de un discurso científico y rebuscado para tratar de impresionarla. Mientras lo hacía, ganaba más fans en el aula. Cada vez era mayor el número de "y que amigos" que querían escucharme, hacer trabajos conmigo, invitarme a las fiestas, sentarse detrás de mí, preguntarme en plenos exámenes. Era un chico popular sólo por interés.
Después de tanto pensar sobre esa situación, casi levitando a las alturas de Aristóteles o Platón, me dije: "Que va campeón, usted tiene talento, sáquele provecho".
Así fue como sin querer queriendo, abrí mi primera franquicia: Un "yo te ayudo", se convirtió en el slogan de mi negocio que abrió sus puertas el día que una compañera, la más nefasta y asombrosamente ignorante de todas, a punto de graduarse me dijo: "Amigo no entendí lo de snow ball, para referirse a un story board (secuencia de imágenes para publicidad audiovisual). Snow ball (snou bor) le dicen a los granizados en Carúpano. ¡Qué bruta es esta tipa!. Ella fue mi primera cliente. Fue así como descubrí un nicho en este mercado tan competitivo y empecé a vender mis ideas y conocimientos a aquellos escasos de mente, flojos, hijitos de papi y mami, enemigos del conocimiento, que encontraron en este súper Nerd un aliado para sacar veintes a costa de una buena paga. La tarifa era variable;un trabajo grande Bs. 80 mil, con dibujos y gráficos Bs. 100.000, también aplicaba promociones, pues cada tres trabajos uno salía completamente gratis, eso lo hacía muy poco, sólo para clientes exclusivos. Desde el principio me coticé muy bien para nunca devaluarme. Luego amplié mi red de distribución con nerds en otros semestres. Poco a poco levanté mi imperio del saber y cuando estaba más provechoso el asunto, me gradué... Cum Laude. El día de mi graduación, me subí al presidium y vi a todos los que me apretaban play para grabar mis conocimientos, a los que me pagaron cada palabra escrita. ¡Quería hacer una rebeldía!, me conformé con darle la espalda a las autoridades y aplaudirlos yo a ellos.
Hoy soy profesor y el hecho de haber tenido mi fanquicia y ser internetadicto, me permite conocer un plagio de "aquí a Pekín" y buscar los mecanismos para evitarlo a toda costa. Me esmero por conocer el estilo periodístico de cada uno de mis alumnos y motivarlos a que hagan sus trabajos originales, inéditos y 100% suyos para que no tengan que recurrir a un estafador de mi trayectoria. Pero si les pasa que se sienten utilizados, que tienen una suerte de tipología nerda, que se ríen de sus lentes, que los llaman pajúos por saber y conocer, que los rechazan por no vestir a la moda, que no los invitan a las rumbas, y para más señas tienen el bolsillo limpio, sáquenle provecho a esa serie de afortunadas coincidencias.
"Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada".

sábado, noviembre 03, 2007

Rediseñando pensamientos

El sábado 27 de octubre, Johanna y Yo, decidimos darnos un regalo intelectual nos fuimos a la Gran Caracas, a un taller de Rediseño Editorial con ponentes de altura; Rodrigo Fino (argentino), gerente latinoamericano de García Media Group, a quién antes de conocer en persona ya admiraba por su carrera profesional y Jorge Castillo (venezolano), reportero gráfico de reconocida trayectoria en nuestro país, ex director de Fotografía de El Nacional y profesor de Fotografía de la facultad de Arquitectura de la UCV. Un solo día bastó para dejarnos grandes ideas e innovadoras propuestas en el seminario “La larga cola de la colaboración”, (de paso tengo que admitir que le agarré fobia al nombrecito porque pasamos casi 5 horas en una soberana “cola” para entrar a la capital venezolana). El hambre nos acechó hasta menguar nuestro humor, actuábamos por inercia, nos reíamos de todo y por todo, carros por todos lados, cornetazos alteraban nuestros nervios, ni un solo restaurant cerca, pero una cachapita con cochino - típico almuerzo de carretera -"olvidada y renegada" en el asiento de atrás desde que salimos de Barcelona, nos devolvió la vida. No encontrábamos hotel de ninguna categoría, luego de dos intentos frustrados tuvimos que quedarnos en uno más o menos. A entrar al lobby vimos una multitud agitada y con acento extraño. El encargado dijo: "sí tengo habitación, pero esperen que tengo que atenderlos a ellos. Cuando miramos se trataba de unos 44 cubanos excitados por haber encontrado la "Joya del Nilo"; pues todos venían cargando cajas con televisores de pantalla gigante, más de 6 DVD cada uno, equipos de sonido y pare de contar. Supongo para revenderlos a precio de oro o echársela delante de sus vecinos. Me dio rabia porque ni me dejaban entrar al ascensor con tanto sube y baja paquetes y cajas. Luego de 8 horas de viaje, más hora y media en ese hotelucho, por fin tomé el ascensor y una joven cubana que estaba detrás de mí, pegó un grito justo en mis tímpanos al empezar a ascender, luego se disculpó: "Es que es plimera vez que me encaramo en este bicho, peldone señol". Al voltear, vi a una mujer indefensa, llena de miedo por algo tan común y cotidiano. Allí, mi molestía se convirtió en compresión y sentimiento; en deseos de nuevas esperanzas para un pueblo con fuertes lazos de atraso y opresión. Casi no pude dormir pensando lo difícil que sería para mí vivir en Cuba, más con mi espíritu de libertad y pasión al periodismo. Esa noche, una vez más di gracias a Dios.
Después de tantas cosas, quizás nadie entendió porque llegamos tarde al curso. Todos esperaban por nosotros. Pero una vez allí, entramos en materia: ¿Cómo trabajar en equipo, en un ambiente en donde todo cambia rápidamente con las innovaciones en Internet y en la manera de comunicarse cada vez más acelerada que tienen hoy los seres humanos?, Y en ese paseo tecnológico, conversamos sobre las publicaciones, privadas, públicas, corporativas que nacen a diario. Logramos engranar una trilogía perfecta entre periodistas, publicistas y diseñadores, aunque se nos coló hasta una doctora con la creatividad a millón y una estudiante muy carismática con grandes dotes de histrionismo que podría vender hasta lo invendible. En sólo una tarde tuvimos que confeccionar un producto editorial con condiciones muy especiales y después de tantos intercambios, diferencias de opinión y "sospechaderas", voilá: ¡lo logramos con éxito!. Muchos fueron los llamados, pocos los escogidos, entre ellos puro cuartes bates, pura crema, puro cerebro. Gracias a Editorial Cyngular (Sr. Sergio Dahbar y la simpática Shirly Durán). Fue una oportunidad especial para rediseñar nuestros pensamientos que quedará guardada eternamente en este click de Jorge Castillo.



martes, octubre 30, 2007

El Botín...


Yo soy del tipo de personas que siempre anda con diez objetos colgados en el hombro. A veces me siento el propio perchero humano. Para ir a la universidad tengo un bolso lleno de carpetas, libros, marcadores, borrador, bolígrafos, exámenes, libretas, hojas, revistas y periódicos, además de un maletín propio de la laptop. Para la oficina llevo mi almuerzo en un lunch bag, (van tres bolsos) y por último, el más importante, mi amado koala. (la gente no entiende porque yo voy en saco, con corbata, en chaqueta, o franela, como sea, pero con mi koala encima, yo tampoco, pero así voy). Parece que el Koala estuviera adherido a mi brazo izquierdo, es negro, genérico, tapa amarilla, endógeno, hidropónico, pero no lo desamparo, ni él a mi. Y es que dentro de él se encuentra una jauría de artilugios que forman parte de mi estresada cotidianidad; cartera, tarjetero, retenedores, cepillo dental, bolígrafos, caramelos, pastillas, estuche de lentes, llaves, chequeras, tarjetas, y pare de contar…
En estos días, me dieron 6 millones de bolívares (6 mil Bs. F.) para cancelar en efectivo la transmisión de una publicidad, pues el exquisito dueño del medio de comunicación, no quería cheques, sino la plata contante y sonante en sus manos.
Cuando llamo al Sr. XXX para pagarle, me atiende su señora diciendo: “Ay corazón, mi esposo se fue a Miami por una semana”. Y yo me dije: Diossssssss… y ahora qué hago con ese billetero???. Pensé guardarlo en una gaveta de mi escritorio, pero no tiene llaves, y como dicen por ahí: ¡por la plata baila el mono!, luego la llevé a mi casa, pensé dejarla debajo de mi colchón (en honor a nuestros ancestros) y en eso mi mamá me dice: “necesito 10 millones”, y yo tragué seco. Al rato mi hermana me dejó entredicho que ya estaba raspando la olla (léase: agotando sus recursos monetarios) , y cavilé maquiavélicamente: aquí tampoco está a salvo esta vaina!!! Mejor me quedo con los reales encima, dentro de mi inseparable koala.
Esa noche, no hallaba qué hacer, quería ir a todos lados, pero como siempre terminé en el cine y solo (porque me embarcaron). Compré boleto para ver El Duelo, me surtí de tequeños, refrescos, chocolates y galletas - el banquete propio de un cinéfilo que odia las cotufas- y me senté en la última fila. Solamente estábamos seis personas en la sala 8, hecho que me permitió sentirme el mismo Hou Yuanjia, el chino de la película que reventó a puños, mordiscos y patadas a todo el pueblo. Mi problema es que me sumerjo tanto en los filmes, que termino amoratado de tanto puntapié que le meto al asiento delantero. Al terminar la película me levanté cual victorioso gladiador asiático, salí, caminé, miré las vitrinas, me fui al estacionamiento (fuera de centro comercial) y de pronto, fui a acariciar mi bolsito, y de pronto, lo busqué en el hombro izquierdo y no lo tenía, lo busqué en el hombro derecho y no lo tenía, entonces palidecí. Escuché miles de vidrios rotos, quedé absortó, rebobinando mi casete encefalográfico y sentí un grito interno estremecedor: Dejé mi Koala en la silla!!!
En busca del botín extraviado
Me desesperé porque estaba lejos del cine, una vez más corrí al mejor estilo de forrest gun, pero las puertas del centro comercial tenían candado, empujaba las puertas, increpé al pobre vigilante, aún temblando y casi con lágrimas, le imploré que me dejara entrar a buscar mi koala perdido, luego lo empujé, me arrodillé, me levanté, ya ni sabía que hacer… el oficial a punto de ser inmolado por mí, me dejó entrar y pegué la carrera de mi vida, las escaleras mecánicas estaban apagadas, así las subí. Al llegar al cine, la santamaría estaba con escasos centímetros de tocar el suelo, me arrastré cual gusano y pasé… en la sala 8 no había ni un alma, sólo una joven pelirroja y pecosa limpiando los asientos y me dijo, con voz nasal y retrasada: ¿ Busca algo? Y yo la intimidé: ¡Quiero mi koala!. Ella: “Ay señor unos muchachos lo tienen por allá”. Entré al cuarto oscuro donde ella señaló y vi tres sujetos con cara de malhechores a punto de abrir mi bolso: los interpelé con respiración profunda, gutural y acelerada: ¡Quiero mi koala!, ellos me lo dieron y me dijeron disculpe que revisamos. "Aquí arderá Troya, pero el botín aparece carajo". "Dios mío ayúdame" habré dicho como 500 veces, mientras abrazaba el koala como si fuera un ser vivo, cerré los ojos, abrí el bolsillo, y el color me volvió al rostro al sentir el olor del sucio y desgraciado dinero, lo conté billete tras billete, ¡estaba intacto, íntegro, completo!, exhalé los nervios que causaron estragos en mí durante unos 10 minutos que parecían eternos.
Me sentí en terapia intensiva. Qué vaina tan mala. Ojalá que más nunca me despiste así y que tampoco vuelva a ver esas mierdas chinas que me trastornan y mojonean tanto que me hacen sentir Bruce Lee y botar mis pertenencias. Ahora cuando vaya al cine estaré más pendiente de no dejar la extensión de mi brazo a merced del hampa.
*A los que trabajan en los cines: les doy un consejo revisen hasta los bolsillos más inofensivos de las carteras, porque de pronto hallan un jugoso botín y se resuelven la vida. ¡No, es mentira!, ¡gracias por ser honestos!. “Lo que se gana fácil y de mala manera, también se pierde fácil y de mala manera”. Todavía tengo la plata, pero ya no en el koala, así que los que me conocen no lo miren con ansias… las cosas me pasan una sola vez.

jueves, octubre 25, 2007

Click


En el Departamento de Prensa, tenemos nueva adquisición. Yani Noriega; Comunicadora Social, mención Corporativa, joven, creativa, activa, pilas, agarra las señas rapidito, con muchas ganas de aprender y demostrar su talento. Aquí salíamos a una pauta y nuestro reportero gráfico César Pinto nos hizo un click que quedará para siempre...

No te ves bien

Nunca pensé hacer un enlace a otro blog sin permiso del autor, pero Daniel Lara (No te ves bien) me hizo reir demasiado con sus ocurrencias... en un post que me involucra "heterosexuales perseguidos"...

jueves, octubre 18, 2007

Simplemente bella.


Eso que dicen las mujeres de que "para ser bellas hay que ver las estrellas" tiene que ser verdad… Yo veo que hay mujeres con graves síntomas esqueléticos que asemejan a los ejemplares más raquíticos de la hambruna somalí y ellas se tripean su nota con sendos trapos de marca ignorando que parecen un gancho de ropa con patas. Es la moda, es la tendencia, es trendy, es chic, dicen algunas…
En la universidad recuerdo que había un grupo de compañeras que poco a poco fueron bajando de peso, se les veía como cadáveres ambulantes; pómulos succionados, brazos secos y ojeras tipo beetlejuice, gracias a la bendita dieta de los puntos. Lo bueno de esto era que a eso de las 7 de la noche no se aguantaban y las veía como desesperadas, con balbuceos y “titiritaciones” desenfrenadas por ir al cafetín, luego se sentaban en la última fila, donde supuestamente nadie las veía, a atragantarse fúricamente una bolsa grande de chicharrón picante que desaparecía de sus jetas en cuestión de segundos y lo que quedaban eran las insignificantes migajas en sus manos que no se salvaban de su ávida lengua. Luego con una servilletita húmeda y con esencia de perfume caro se aseaban delicadamente sus comisuras labiales, como si nada se hubieran comido. A las pobres, la fritura porcina les devolvía el alma, y era lo único que tragaban a cada rato, porque según eso y que tenía cero puntos o cero calorías.
Tengo una amiga sifrinísima, desbordada de plasticismo, con plata pa echar pa´rriba, que se gasta una boloña en tratamientos estéticos. Hace unos días la vi con la cara amoratada (pensé que la violencia familiar había tocado a su puerta), pues no! resulta que fue a una especialista a estirparse las secreciones sebáceas que pululan en su rostro (osea a que le pellizcaran las espinillas). Otro día andaba vendada de arriba abajo porque le inyectaron un líquido lipoescultor, ¡parecía una momia robotizada!, ¿pero para qué? si cada día tiene más barros en la cara y la veo más rolliza. No quiero ser despectivo, pero cómo puede alguien engañarse de una forma psicópata-obsesiva, si tan sólo basta asomarse al espejo para descubrir su dura realidad. Y no tengo nada en contra de la obesidad, sino que denuncio a los que no la asumen y fantasean una pseudo esbeltez que no poseen, pasando el límite entre lo increíble y lo ridículo. Y todavía me pregunta: Amigo qué tal me veo? Allí es donde me toca voltear para todos lados, o ver la televisión, señalar al pajarito que voló cerca, o reirme tipo jijijiji con cara de falso.
Hay otras que se zampan tremendo plato caraotero acompañado con nata, arepita, cachapa, bisteck, tajadas, ensalada y casabe (por si acaso les queda un huequito), además de un quesillito pal postre y todavía tienen el descaro de pedir una pepsi ligth, por el cuento de que lo ligero no engorda. Nahhhh…
En este mundo hay de todo, algunas mujeres viven en un sólo engaño con ellas mismas y le ven a uno cara de bolsa. Verdad que estoy flaca? Dicen las gordas. Verdad que estoy más gordita? Dicen las flacas. Y sigo sin entender nada del inconformismo del ser humano.
Y lo más típico es lo que ocurre con las llenitas que cuando el novio las deja, con la depre se les quita la voracidad alimenticia y empiezan a bajar de talla y cuando tienen dos kilitos menos ya se ponen los chorcitos “Hot pants” pa´ verse buenas y lo que logran es que se le vean los hoyitos celulíticos, pero es buen comienzo.
En este momento recuerdo a las "escandinavas"; no se trata de unas europeas, sino de unas hermanas burda de pavas, catiras oxigenadas, que unos panitas les decían así por su blancura: siempre con la cara pálida, full de polvo o de talco, todavía no sé que era eso que se echaban a cada rato y que las hacía parecer un par de albinas nórdicas con labios muy delgaditos. Hace poco las vi con su color de pelo y de piel natural y no las reconocí, ¡en realidad son trigueñas y de labios gruesos!. Todo lo que hace el maquillaje, algunas veces aliado, otras tantas enemigo mortal.

No vayan a pensar que describir a estos personajes forman parte de una vulgar crítica machista, burlesca y sin sesos, porque aunque esté abarrotada de sátiras, crudezas y humillaciones; más bien es un tributo al masoquismo femenino, ¿por qué, no? un reconocimiento a las que soportan pinchazos, extracciones, cortes, estirones, masajes, depilaciones y hacen de todo para acercarse a las virtudes de Venus, pero mucho más; un homenaje a la antigua belleza, ajena a las dietas, al botox o al bisturí, y sobre todo un aplauso para aquellas mujeres que se aceptan naturales, humanas y genuinas, tal como son y serán.

miércoles, octubre 17, 2007

Puros insultos

Ok. Ok. Ok… después de que me insultan de blog-sexsymbol, cantante grupero barato, rockstar de automercados y panaderías, vienen a decirme que escriba un post… Nahhhhhhhhh

martes, octubre 09, 2007

Ídolo gris


Sí, como había dicho en otro post (que borré porque lo sentí vanidoso), con la campaña del "ídolo de tus latas, botellas y chapas o mejor dicho el ídolo gris", salí en la cuña de Pepsi, en las vallas, en las paradas, en lo afiches, en los kioskos, en los envases y en cuanto artilugio inventaron. En resumidas cuantas me explotaron y ni siquiera me enviaron una entrada al concierto de The Black eyed peas. Lo único que tengo de recuerdo es este afiche, para el cual mi pobre hermano (Elías) tuvo que treparse en una vitrina y esperar que el portugués de la panadería se descuidara para arrancarlo, jejejeje. Eso es hermandad.

viernes, octubre 05, 2007

Volver atrás...

Añoro volver a aquellos días cuando dibujar, reir, soñar y jugar era lo único que me preocupaba… El tiempo pasa, y nada ni nadie lo detiene, los días me van marcando huellas en la mirada, y una especie de lija va menguando lentamente el santuario donde guardo mi alma. La vida va tornando sus matices, el azul es más azul, o menos azul, ya ni sé. El reloj avanza con tanta prisa que no me doy cuenta.
Las que eran grandes alegrías ya no detienen mis lágrimas. Antes cantaba por cualquier cosa, ahora pocas veces susurro melodías. Ver un simple pájaro o un avión surcar el cielo era un suceso emocionante, ahora las exigencias y lo trascendental limitan mis emociones.
Cómo quisiera volver atrás, al tiempo que se fue y soñar con héroes imaginarios. Construir casas con sábanas y escobas, inventar mundos extraños y cada día tener nombres diferentes. Cómo extraño cantar a todo pulmón “que llueva, que llueva que la vieja está en la cueva…” y empaparme con agua del cielo, descubrir caramelos entre mi almohada y regalos debajo de la cama.
Cómo quisiera volver atrás…

viernes, septiembre 28, 2007

4to Thinking Blogger Award


Esta es la cuarta vez que me nominan al Thinking Blogger Award y lo recibo con toda gratitud y motivación. Con absoluta sinceridad tengo que admitir que nunca lo había publicado porque no me gustan las cadenas y normalmente tampoco recibir premios ni reconocimientos, pero como dicen mis panas a veces exagerar en humildad apesta... Gracias a??? (descaradamente no recuerdo quien fue la primera persona que me nominó, porque eliminé ese post sin culpa) por favor ayúdenme a esclarecer este misterio. El segundo fue el panita Gabriel Delgado (neogabox), quien vino a ponerle color a nuestros lienzos y a quien agradezco por su especial distinción y comentario:
“Date Duro (Crónicas de la Vida Misma): Pues sí, el señor Erwin García y su blog son los primeros en ser premiados, este blog está lleno de una energía única, cuando entras y lo lees te vuelves adicto, es un blog realista, con los pies bien puestos sobre la tierra y con historias que te permiten recordar todo lo que tu has vivido, y aunque haya sido algo malo te terminas riendo”.
La tercera fue mi colega Iliana Contreras, quien cual quijote se la pasa luchando con gigantes y molinos y entre sus escaramujos me regaló estas súper motivadoras palabras:
“Date Duro: Mi blog guía, mi blog madre. Me dio la bienvenida a éste mundo de letras y arte, despertó mi cerebro entumecido por la rutina e inspiró mi creatividad. Su autor despide en cada publicación, inteligencia, espiritualidad y elegante humor. En qué me hace pensar: que la vida es mejor y más simple de lo que yo creo, que Dios existe, que se vale reir y llorar sin vergüenza; y que crecer es posible. Que es importante contemplar lo que somos y lo que hacemos. Lo divertida que es una buena lectura”.
Y el cuarto fue mi compadre Luis, un chamo capaz de ver muchas cosas aún con los ojos vendados: “Date duro:Divertido, entretenido, original y sobre todo muy real... ¿por qué lo leo? es una mezcla de las mejores historias urbanas, reflexiones profundas y una forma de escribir como pocos”.
Y la verdad es que se siente muy bien que a uno lo reconozcan por el simple y sencillo hecho de ser uno mismo; de vaciar tus opiniones, pensamientos, sentimientos, alegrías, tristezas, recuerdos y sueños. Este blog es mi “diario semanal”, mi descarga, mi desahogo, en ocasiones suple a esos amigos que algunas veces no encuentro cerca. Y el hecho de que este espacio transmita el mismo efecto aliciente y bálsamo divertido-espiritual para otras personas, ya es suficiente para mí.
Gracias una vez más, por leerme, y más aún por acompañarme en este largo recorrido de experiencias dulces y amargas que llaman vida. Quizás me convierta en una especie de excepción, porque aunque me gustan muchos blogs no quiero seguir esta cadena. Les prometo que pronto haré mi propio premio, original, rebelde y creativo para enaltecer a mis blogueros favoritos. Un abrazo.

domingo, septiembre 23, 2007

Estoy enamorado

Cuando decidí abrir este espacio jamás imaginé que publicaría las cosas más disímiles que a veces se me atraviesan por la mente. Siento que alguien me sopla al oído, y yo sé que es él. Cada día que escribo pongo una mano en el teclado, pero quien actúa es una mezcla poderosa entre la voz de la conciencia y los latidos del corazón. Es él, el encargado de dictar mis pensamientos y sentimientos. A veces me obliga a escribir locuras, ocurrencias y anécdotas para que les robe una sonrisa y juntos comprendamos que la vida no es tan dura y es más bella de lo que creemos, y en otras ocasiones, con lecciones, me enseña a compartir lo aprendido. Un hombre bendecido por la vida, como yo, no puede dejar de escribir al más grande y puro amor. (No me importa si después de este post me tildan de evangélico, predicador o sacerdote, no lo soy, y tampoco lo necesito para gritar y cantar a los cuatro vientos en lo que creo y por lo que vivo). Estoy muy agradecido por cada paso, por cada respiro, por cada sueño cumplido y por los que no se cumplieron, por cada milagro, por mi familia, por mis amigos, por mi vida, y hasta por este blog.
El es mi vida, mi aliento. Cuando todo se me pone difícil, cuando estoy cansado él me sostiene. El es mi Papá, mi Dios, a quien le agradezco infinitamente por darme esta vida tan pobre, tan humilde, tan limitada, tan culpable, tan dócil, tan vulnerable, tan débil, tan suya y tan mía. Aunque poco lo digo, hoy lo escribo ante millones de seres como yo: GRACIAS DIOS, TE AMO.
“Espero este sea mi mejor post, y lo lea mucha gente. Y ojalá, en lugar de sonrisas y sencillas reflexiones, les regale con esta canción un poco de esa paz y esa fe que necesitamos para vivir y luchar intensamente en la búsqueda de nuestra felicidad”.

jueves, septiembre 20, 2007

Chupi chupi sobre ruedas


En vista de que este post lo colgué cuando no me conocían, lo volví a publicar. Este texto salió en Urbe cuando estudiaba y todavía no hacía periodismo serio, jajajaja...
Creo que fue mi primera crónica. Que lo disfruten!
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Hace unos días salí de la universidad y me cansé de buscar a Kike (un pana que me da la cola), pero no lo encontré. No me quedó otra que irme en taxi. Cuando paré el carro recordé el disco rayado de mi adorada madre: "cuando pares un taxi, obsérvale bien la cara, que sea de confianza... bla, bla,bla." Luego del profundo análisis, concluí: Por supuesto que es de confianza pues es un señor mayor, canoso, con lentes, medio rechoncho y parecido al abuelo de Heidi, ¿qué daño puede hacer ese anciano indefenso?, me monté. No tenía ni música y el silencio era sepulcral hasta que yo inicié la conversación: ¿Y cómo estuvo el día, mucho trabajo?. El abuelo con cierta tristeza me respondió: ¡ay mijo estudie, échele pichón, porque esta vida es muy dura, usted no sabe lo que es estar todo el día detrás de este volante!. Si el señor seguía hablando yo iba a largar el llanto: Me compadecí de él. Así que le dije bueno vamos a invitarle un fría pa´ que no se queje, y el viejo me dijo: no mejor dame los reales que yo tengo otra manera de divertirme. Y yo me quedé intrigado. Hasta que veo, que a la altura del Barrio Saigón (zona peligrosa por la que ajuro tenía que pasar) empieza a bajar la velocidad. Allí me alebresté. ¿Qué hace ese este viejo de mier... en este lugar que matan nada más con el pensamiento? Me levanto y le digo: "Yo no me quedo aquí". El respondió: "Un momentico hijo que voy a saludar a una amiguita". Cuando de pronto veo que sale de un matorral, una chica de ébano que serpenteaba como si tuviera los guasarapos revueltos, con una licra fucsia que le trancaba la circulación, y una diminuta y curtida camiseta con la que se podía apreciar lo despechada (léase sin pechos) y desnutrida que estaba. El cabello más corto que el mío y sin peinar, bañada en cicatrices por todos lados, con la cara llena de talco y los labios de color rojo onoto. Ante este apocalíptico panorama, yo me quedé congelado y mudo. Se trataba de una integrante de la banda las "chupi-chupi", aquellas que cobran el precio solidario de 500 bolos por succionártelo en el carro. El viejo bajó mi ventana y la desgraciada tuvo la desfachatez de sonreir aún cuando le faltaban los cuatro dientes delanteros. Con aires de Xica Da Silva le dijo al chófer (su comendador): Hola papi, me trajiste carne fresca. Yo no me aguanté, y cagado le dije: "No señora, jejeje". Acto seguido, me acarició la cara y me dijo no tengas pena, mira que sin diente es más sabroso... cuando le veo la jeta me iba a dar un infarto. ¡Nada más de imaginármelo se me revolvieron las tripas! De pana que esa negra era fea con bolas, yo quería dejar la peluca, pero el chofer estaba enamoraísimo. Así que me arrech. y le dije: "Arranque o me bajo". El viejo entendió y le prometió a su muñeca que vendría a recibir su ración en unos minutos. ¿Quién diría que el viejito bondadoso era malamañoso. Por eso digo que las madres tienen mucha razón, la próxima vez que me monte en un taxi voy a volver a ver bien la cara. Pasé el susto de mi vida, he visto gente fea y a ella. Ahora cada vez que veo el comercial de Bon Ice recuerdo a la negra y no precisamente por pingüino sino por chupi-chupi.

lunes, septiembre 17, 2007

Necesito respirar


Desde que pasé de ser jefe de prensa a director de la oficina, la vida me ha cambiado un tanto. No me refiero a mi personalidad, ni a mi esencia, se trata de ese cansancio que se adueña de mí antes de caer la noche, se trata de dejar el almuerzo a medias, de perder algunas veces la sonrisa que me ha abierto tantas puertas y corazones, de los celulares que no paran de sonar, de las personas que debo atender y entender, de tratar de canalizar una especie de implosión de emociones y tensiones. Nunca me ha gustado pretender cargos de jerarquía (aunque sé muy bien que los puedo liderar), prefiero trabajar bajo perfil, callado, astuto, eficiente, pero ya estoy comprometido en esta misión y sólo me queda darle bien duro.
Antes me daba cuenta de tantas cosas que ya ni observo. Estos días he estado reflexivo: No quiero cambiar nada de mi entorno, quiero más tiempo para mí. No quiero que las ocupaciones y responsabilidades me consuman y me hagan perder ese mundo casi perfecto que Dios me ha regalado y que yo me he esforzado por mantener a mi alrededor. Necesito más fe, más fuerza. Estoy en una lucha para no dejar de disfrutar ningún detalle de la vida por más pequeño que sea. Quiero contemplar lo que soy y lo que hago.

Necesito respirar,
tomar un trago de aire limpio
y empezar a caminar por las huellas que dejaste.
Estos pies han de pisar la tierra en que nací.
Si no es así me robarán mi libertad.
Necesito comenzar,
hacer de nuevo mi equipaje
y no llevarme nada más que los años que he vivido,
todo aquello que aprendí y aquello en que caí.
Si no es así me robarán mi identidad, que si no es así me robarán mi identidad.
RESPIRAR - Nico Montero.

[si puedes escúchala descargando el mp3 de este link: http://www.trovador.com/~nico/descargas.php , luego ir al album" Lo nuevo ha comenzado" y darle click al tema "Respirar"]. Se las dedico. Un abrazo.

domingo, septiembre 09, 2007

Hablando con el mar


Ayer el mar me habló
nos contamos cosas, mejor dicho.
A veces en susurro
se detenía para escucharme
y acariciaba mi rostro salpicándome de agua.

Ayer escuché las olas
estaban emocionadas.
A veces furiosas
me estremecían y gritaban
pero con la sabiduría del viento siempre se apaciguaban.

No temas, serénate, vive, ama, fueron sus palabras...
AYER EL MAR ME HABLÓ.

domingo, septiembre 02, 2007

Circo de hojalata (historias en un bus).


Cuando estudiaba en la universidad, yo si pasé ronchas (en lenguaje urbano léase sacrificios o malos ratos). Cada vez que veo un autobús lleno de gente, retrocedo un tiempo atrás y me imagino allí adentro, sentado con mis libros, dos carpetas y un koala, con calor, aturdido por el vallenato a todo volumen que cantan con frenesí los choferes y colectores.
Una vez tomé mi bus como siempre a eso de las 5:30 pm. Aquella tarde la música, que sonaba a reventar tímpanos, era “coge la parada” o “cógela parada” (todavía no sé con qué sentido lo dice el cantante), ¡me la tenía que calar!, parece que el tipo la repetía o tenía ese mismo tema grabado 20 veces en su CD pirata. Al abordar yo tenía un ritual; quitarme el reloj y todo lo que brillara así fuera una baratija de gold field, mirar para todos lados milimétricamente con la intención de sentarme en el lugar perfecto. Ese día divisé a una dulce e inofensiva ancianita recostada en la ventana con su nieto en las piernas y un espacio al lado. Yo dije: ese es mi puesto, aquí estoy justo de lado del pasillo. Enseguida me senté.
En cada viaje en bus, tenía que formar parte de una jauría infernal, me sumergía dentro de un circo de hojalata que exhibía los espectáculos más inverosímiles y dantescos. Cada tarde, aprendí a ser más malo con los pasajeros, a negar el asiento, y a odiar más al vallenato, cumbia, y todo lo que sonara con ritmo de acordeón. En cada recorrido, un inmenso temor recorría mi mente, pues los robos en colectivos siempre han sido el modus operandi preferido por los jóvenes delincuentes. (Ese temor no era gratuito; una vez iba en un bus y se presentó un tiroteo, un tipo en una moto disparaba desde afuera).
Acto 1.
A pocos minutos de sentarme, arrancó el festín y los malabares: se subió un señor con aspecto de criminal trinitario, se plantó en el medio del pasillo, y dijo: Señoras y señores muy guenas taldes. Nadie respondió. No oyeron? Dije guenas taldes (con ínfulas de pastor evangélico enfurecido). Luego todos, cual salmo responsorial, asentimos: Buenas tardes. El tipo dijo que era sobreviviente de la tragedia de Vargas, su nombre (más inventado imposible) era Richardson Stephenson, y para remate se confesó expresidiario, argumento suficiente para que todos los usuarios sacarán su contribución. Yo le di sólo mil bolívares, porque sabía que pronto vendría otro solicitante.
Acto 2.
En efecto se montó una señora (que pudo haberle dado clases de histrionismo, dramatismo puro y de cómo soltar los mocos en 2 segundos, a la desaparecida actriz de actrices Amalia Pérez Díaz), sujetando por el brazo una niña como de 12 años con problemas de malformación. Ya era la quinta vez que las veía haciendo de las suyas. Me sabía el show de memoria: La mujer después de llorar y pedir 100 mil bolos pa´un supuesto cateter, pellizcaba durísimo a la muchachita y ésta se contorsionaba como Linda Blair en El Exorcista. Cuando recogían la plata, las dos salían sin rastro de sufrimiento alguno. Por eso yo siempre digo que los venezolanos somos talentosos y otros pendejos (entre ellos yo). Allí se fueron 1000 Bs más.
Acto 3.
Un señor muy folclórico; pantalón arremangado hasta las rodillas, camisa blanca, sombrero de cogollo y pañuelo rojo atado en el cuello, vende chupi chupis para que su hija estudie en la universidad (o quizás para cambie su vocación de striper, no se sabe). La abuelita que estaba a mi lado, lo llama; “Me da uno rojo por favor” y se lo da al pequeño, cuando la criatura le hinca el diente, un gran chorro del gélido líquido colorado envuelto en plástico salta y se frena sobre mi camisa blanca. La vieja (ya no abuela) agarró su trapito lleno de moco o quién sabe que, y en su intento desesperado de limpiarme, lo que hizo fue regarme más la mancha. “Déjelo así señora, está bien, tranquila”, respiré y traté de ponerme a leer un libro.
Acto 4.
En eso siento que alguien me pisa el “uñero” (quise decir exceso de crecimiento de la corteza del dedo más grueso del pie) que me traía loco desde hacía días. En una mezcla de dolor y arrechera subo la mirada para soltar una retahíla de palabras sonoras y cuando veo al culpable, se trataba de un negro de dos metros con cara de matón, sus brazos parecían mis piernas, tenía pinta de obrero petrolero, sudaba a chorros y estaba hediondísimo a encurtido de vinagre. Mi rostro se transformó de samuray vengador a geisha sumisa y complaciente, no me quedó otra que sonreirle, jijijiji, el desgraciado ni gesticuló. Bajé la cabeza aguantando aquel sufrimiento, y de pronto siento sobre mi pelo (engominado) la vianda de comida del negro rozándome y despeinándome con el vaivén del autobús. Me sentía víctima de su xenofobia acumulada desde infante, heredada de sus antepasados esclavos. Menos mal que se bajó antes de lo que esperaba.
Acto 5.
En esa parada, el bus llenó hasta el tope, la recostadera de tostón no era normal, allí más de una sentiría vulnerada desde la cremallera hasta sus hilos dentales…
Ya llevaba 40 minutos en camino, pero de pronto, sucedió la vaina más increíble, un muchacho con un cuatro en la mano. ¡Dios, lo que faltaba!. Tocó un acorde como para afinar y buscar el tono pensé yo; y ha empezado a emitir unas extrañas onomatopeyas; era un mudo que expulsaba una combinación entre bramido, maullido, berrido y un chillido ensordecedor. Todas las personas sacaron rápido su dinero y le aplaudían para que se fuera, y él en agradecimiento, soltó otro desconocido e inexplicable tema de despedida. Todavía no entiendo por qué llevaba un cuatro, si nunca lo tocó. Otros mil bolos por el buche.

Después de eso, no he visto algo igual...
Siempre me ocurría que me dejaban mucho después de mi parada, pues el bendito vallenato no permitía que me escucharan y a mí no me gustaba gritar. Pagaba mil bolívares (el pasaje era menos de lo que gastaba allí dentro). Apenas llegaba a la universidad me sentía como un reo saliendo de la cárcel, me liberaba de ese submundo aterrador al que me enfrentaba cada día. Nadie entendía mi cara (a veces demacrada, aturdida y obstinada) ni el por qué de mi silencio en clases, ni el suéter que siempre llevaba por si acaso me volvían a manchar la camisa o la gelatina en el morral por si me despeinaban otra vez.
A veces veo los autobuses llenos de gente, heterogénea, diversa, con rostros de preocupación y los entiendo, de verdad que los entiendo… No puedo decir que no vuelvo a montarme en un autobús, a veces lo hago, pero pasaron 5 años y me gradué, y en ese mismo tiempo me curé de algunos males, entre ellos aprendí a no molestarme tan fácilmente y a sumergirme en mi mundo inviolable, imperturbable y mío, cada vez que viajo en el circo de hojalata.

miércoles, agosto 22, 2007

Soy ladrón


Sí, es verdad. Tengo que confesarlo. Esto no es nuevo, tiene su historia...
Mi mamá decía que en mi época de preescolar todos los días me traía un juguete diferente; el de pedrito, juancito y raulito, lo peor es que no me gustaba devolverlos. También cuenta que hasta tenía un gran reservorio de plastilinas sustraídas del salón sin que mi dulce y obesa maestra se diera cuenta. ¡Tan pequeño y ya tenía astucia para burlar a mis presas!
Y es que definitivamente yo nací con esa vocación tan meritoria. Más grandecito, como de diez años, añoraba que viniera diciembre. Por qué? No sólo porque me robaba los "Niños Jesús" de los nacimientos de los vecinos, sino porque en esa fecha los supermercados colocaban cajas de frutas secas, pasas, confites, maníes y nueces al aire libre. Yo me iba con mi hermanita “Ericka”, ella era mi narco mula. Miraba a la derecha, luego a la izquierda, buscaba las cámaras y después agarraba dos puños llenos de los más variados manjares y se los metía en el pantaloncito de la inocente. Yo creo que mi mamá era cómplice de mis robos porque siempre vestía a mi hermanita con unos pantalones tipo popy: anchos, hasta las rodillas, con bolsillos sin fondo y tirantes de colores, un poco llamativos pero muy cumplidores.
Paseábamos un rato. Si mi hermanita sacaba algo de la carnada en pleno lugar, la tranquilizaba con mi famoso coscorrón aquietador. Cuando las cajeras y vigilantes se descuidaban, huíamos a toda prisa (al mejor estilo de corre forrest). Era como que si nos perseguía el FBI, la adrenalina llegaba a su tope en cada carrera. Eso era todos los días y nunca nos pillaron.

De adolescente no tuve ninguna reincidencia delictiva, hasta ayer que volví a cometer mi fechoría; robé una vez más. Mi hermano me dijo: Vamos al súper. Y yo: ¡Wow que divertido!. Ok Vamos. El compraba y compraba y yo veía y veía, porque, como buena gallina vieja, nunca pongo nada. Ni me molesté en bajar la cartera para no ser víctima de sus constantes martilleos de último minuto (de los cuales nunca he visto retribución). El tenía su carrito full, ya estaba cancelando, y yo en mi paseo sin rumbo me topé con una hermosa y suculenta ciruela americana; gordita, lustrosita, apetitosa, que me sonreía. Me la imaginaba pulposa y entre ácida y dulce, se me hacía agua la boca. Había muchas, pero esa me dijo: Tómame, soy tuya. La agarré, la sobé, volteé para todos lados y poco a poco la fui metiendo en el bolsillo, pero algo falló… Yo no uso pantalones de popy, y ayer precisamente tenía un jean tipo John Travolta en "Vaselina" que me trancaba la circulación, gracias a unos kilitos demás. No me importó, igualito la metí ajuro y se me veía tremendo bulto, pero no le paré. Mi hermano recordó que le faltaba comprar charcutería, y yo paseando con senda pelota en el bolsillo pa´rriba y pa´bajo. Sentía que toda la gente me miraba, me ocultaba tras los anaqueles, me ponía de espaldas, me cubría con la mano, esquivaba las cámaras. ¡Uff! he perdido destrezas como ratero.
Al salir del súper, quise correr como antes, me controlé. Sentí el sabor de la libertad de un hampón barato, respiré, y al entrar al carro le di el mordisco más deseado a una vaina tan insípida y desabrida que me arrugó la cara. Tanto para qué?. El crimen no paga. No tuve éxito y ahora ando pendiente de que algo se me va a perder, o me van a robar, o me va a pasar un incidente negativo, hasta el dolor de estómago que tengo creo que es por culpa del hurto.

De verdad lo hice por diversión, para darle algo de color a mi vida, pero se me olvidó que cuando era niño no tenía conciencia de lo bueno y lo malo, pero ahora que creo que la tengo, hasta una simple ciruelita puede ser la culpable de todo lo malo que me ocurra…

miércoles, agosto 08, 2007

Shh..Todo pasará.

Injusticias van, e infamias vienen…
Las veo caminar sigilosamente entre las miradas de muchos que dicen ser lo que no son, y nunca serán… ustedes también las han visto y hasta sufrido.
Pero nos quedamos callados, amordazados por la presión de nuestro ímpetu dormido, por temor a no pretender ser más que otro, o no querer lastimar con la punzo-penetrante verdad que mata a ejércitos enteros de espíritus perversos y escasos de corazones palpitantes.
Sólo queda armarnos de valores; esos que tanto nos ha costado cultivar, y traernos el morral con el cual hemos recorrido el largo camino de nuestra vida, para ir dejando mientras andamos, un grato recuerdo en cada huella de nuestros pies descalzos y palidecidos en busca de un misterioso destino.
Avanza, camina, aguanta tu grito silencioso o si quieres estalla en lágrimas que desaten ríos, pero no te detengas, sigue andando... Algún día todo pasará.

martes, julio 31, 2007

Revista Estampas / Día del Periodista

Declaración de amor jurada ante Dior


Tengo que confesar que deliro por ellas. Soy un enamorado de su fashion style, un arrebatado de su glamour, un sádico obsesionado por su exquisito lenguaje; amén de su sifrinísimo diccionario de palabras hiperpronunciadas que les produce un estiramiento maxilofacial extraordinario, un adicto de sus figuras que se mueven dejando el aroma del perfume más chic sobre la faz terrenal. Qué olor, ¡Oh my dior! Dijeran ellas. Las imagino pasar con su andar pretaporter, con su biblia Vogue bajo el brazo, y yo bien engominado y trajeado de Yves Saint Laurent o Kart Lagerfeld con camisa de Roberto Cavalli y zapatos de Berluti, arrastrando mi ego narciso por el piso. Desearía tocar aunque fuera sus zapatos recién llegados de Italia temporada Otoño Invierno 2008. Sus temas etéreos me plastifican el cerebro y me sodomizan hasta convertirme en sonámbulo persecutor de sus divinas y presumidas delgadeces… Sueño con ustedes, Ultrafabs. Que Paris y Kate las protejan forever and ever. Las amo. Erwin, para ustedes Er*.

(si aún no conocen a mis divas... están a tiempo: http://www.ultrafabulosas.blogspot.com/ )

domingo, julio 29, 2007

Existencialismo cine-filosófico

No sé por qué, cada vez que voy al cine me sumerjo tanto en la película que me quedo en los personajes (ni tarado que fuera; siempre en el protagonista). A veces quiero manejar a toda máquina (rápido y furioso) ok. pero no sé conducir. A veces salgo tan agitado que hasta quiero entrarme a golpes por cualquier cosa (cualquier película de acción) y nunca he peleado con nadie, y peor es cuando veo un film como La vida es bella o La casa del lago, quedo empalagosísimo; la gente me huye por la abrazadera y besadera. A veces quisiera cambiar el mundo, que todo girará en torno a mi, a lo que quiero y deseo, pero cuando me doy cuenta de que no puedo, me desplomo, me derribo, al tener que conformarme con lo poco o mucho que me da la vida... Es allí cuando compruebo que soy pobre, humano, un mortal más y que no me queda más que aceptar con humildad los designios del destino... Si fuera Harry Potter, yo sería el peor, de pana que sí, este mundo no sería igual. Creo que lo haría al revés de lo que es y me la pasara volando en esa escoba. Si fuera El Ilusionista (película lentísima y pero con un final insuperable) todo sería un juego. La vida sería un enigma cautivador y sorprendente cada segundo y no un despertar y un dormir cotidiano y constante. pero como yo, soy yo, y nada más que yo. Tendré que hacer sólo lo mejor de lo que puedo y debo hacer con mi imperfección y mis esclavitudes. Voy a tener que dejar de ir tanto al cine, porque después no me soporto no yo mismo con mis estragos existencialistas... jajaja, la semana que viene iré a ver Los Simpsons ojalá y el espíritu de Bart no se me incorpore.

viernes, julio 27, 2007

Vuelve a nacer...


No te desesperes. Así como el mar encuentra su paz, tú la encontrarás, así como las montañas acarician los cielos, tú lo harás... Deja que el viento se funda en tu rostro y luego respira el aire más profundo que danza dentro de ti. Vive el tiempo, vuela alto, vuela lejos... corta las ataduras y piérdete en la inmensidad de la vida. Algún día encontrarás lo que buscas en tu viaje sin destino, algún día el tren se detendrá, o algún día no... pero disfruta tu viaje. Toma un trago de aire limpio y arma tu equipaje para volver a empezar a caminar por las huellas que dejaste. Ese refugio soñado se mantiene de pie, nuestras almas se alejan y se acercan, se abrazan, se queman y se odian, sin explicación. Muere al dolor, dale una punzada mortal y vuelve a nacer, crece de nuevo, cambia de piel...

Eternamente.

miércoles, julio 25, 2007

Pa´no perderlo todo.


(A pesar de que asumí que no utilizaría esta bitácora para juicios negativos, pues profeso que lo más noticioso de una noticia es lo positivo, no puedo dejar de narrar mi atropellado viaje a la encantadora isla de Margarita).

4.30 pm. Llego, como siempre de exagerado, con senda maleta al terminal de ferry de Puerto La Cruz. Allí me encontraría con Johanna (mi capu, mi hermana, mi alma gemela creativa), y mis panitas máximos: Maryolis, José y Leo. Todo estaba de perla; Johanna se llevó su mega camioneta, y de paso, Arturo (su papá) le dio las llaves del apartamento de playa (si describo la vista me quedo corto) “espectacular”, con las olas a nuestros pies… Algo me decía que tanta belleza no podía ser real… Sin embargo, yo me sentía como infante consumiendo flujo mucoso, esperando mi lancha rápida.

5:06 pm. Me empezó a pegar “filo” (entiéndase hambre en el particular lenguaje de José). Me hice el loco y me compré una ensalada de frutas que parecía de lechoza con lechoza. Al rato, no pude y me comí un sándwich, lo malo es que no tenía jamón sino fiambre. De allí me fui corriendo “esmachetao” a hacer la cola, que de paso era larguísima.

6:00 pm. No había llegado el ferry que debía salir a las 6 pm. Me siento en las piedras a conversar y reirme con las ocurrencias de José, que como leerán más adelante es demasiado él; hasta tiene su propio dialecto. Luego, con las nalgas aplanadas por las rocas, nos fuimos a caminar.

8:00 pm. El barco no llega. La gente aún en la cola. Cara de incomodidad y pocos amigos. Las muchachas fueron al baño y según José fueron a “golpear la losa”, mas no a desagüar como dijeron, porque tardaron más de 25 minutos, tiempo de sobra para hacer pipí 4 veces. Para completar, ellas llegaron pálidas como recién salidas de un exorcismo interno, medio arreglándose la ropa y caminando de lado. ¡y que con la excusa de que se quedaron hablando con unos señores! jejejeje si algún día leen esto me van a matar.

9:15 pm. A jartar empanadas, descubrimos que Leo y Maryolis comen más que “sabañón drogao”. El barco no llega aún. Dicen que viene a las 10. En las oficinas nadie sabe nada, o se hacen los locos o no saben usar sus celulares.

10:00 pm. Nada de nada.
10:30 pm. Gente ya no molesta, sino arrecha, empezó a organizarse en cola. Quedamos muy atrás por culpa de los lambusios. Se me ocurrió utilizar mis dotes de enamora- viejas y le sonreí a una señora de la tercera edad (pero derechita) y empezamos a hablar y poco a poco, se metieron a charlar Maryolis, José y Leo. En menos de 5 minutos, éramos íntimos amigos de la señora y quedamos empezando la cola.
11:30 pm. Con 5 horas y media de retraso llegó. Zuas, abordamos corriendo, al mejor estilo de corre, corre Grafitti. Agarramos los mejores puestos, aunque rotos y sucios (según Maryolis allí parían las perras), creo que eran los más grandes, nos instalamos y a esperar se ha dicho. A las 12:00m. Zarpó el buque. La gente quería quitarnos los puestos porque teníamos 2 asientos para cada uno y Maryolis 5 puestos para dormir de largo a largo. Mirábamos a toda la gente con rabia para que nadie se atreviera a decir: Disculpe está ocupada su silla?. A la media hora la ferrymoza trajo a una señora cabellos blancos, parecía casi sin signos vitales, apenas la sentó a nuestro lado empezó a roncar ¡Dios que susto!, me sentí como en la película venezolana “Domingo de resurrección”, y pensé zape gato: hay que correr a esta señora de aquí, no vaya a ser que estiré la pata y la tragedia sea peor. Y José me leyó la mente y empezó a hablar de sexo “candela”, la doñita creo que más bien se revivió y dejó la peluca. Al rato estaba roncándole a otro en la pata de la oreja, jajajajaja.

El retraso del ferry se debía a que 3 de 4 motores se habían dañado y los estaban tratando de reparar en alta mar. Qué tal? La gente estaba enardecida, formaban tremendos rollos al personal, niños gritando, mujeres alteradas (al mejor estilo de Maytena), y nosotros riéndonos de todo el que pasaba. De pronto como si nos rociaron un gas somnífero, quedamos guindados, excepto Maryolis quien antes de zarpar ya estaba en el quinto sueño.
En pleno sueño, llega una trabajadora del y que express, y puso un reggaeton chicharroso de su celular, que vaina tan fea. Joha se levantó y con los ojos como Linda Blair en el exorcista, le gritó: “Chama calla eso”. Al segundo y medio, la tipa apagó el teléfono y se marchó con su música para otra parte.

4:00 am. Esta era la hora en la cual presuntamente debíamos llegar. Después nos dijeron a las 5:30 am, total llegamos fue a las 7:30 am. Fueron 14 horas entre espera y navegación. La gente pitaba, aplaudía, gritaba, zapateaba. Pero lo único que importaba es que al fin, por fin, habíamos llegado a la isla de las perlas… Al pisar Punta de Piedras, la cara de la gente cambió, todo era placer, la molestia y el cansancio se esfumaron, quizás porque todos sabíamos que ya estábamos en nuestro destino y que el arrullo de las olas apaciguarían nuestros malestares. Más tarde, las tiendas estarían abiertas para nosotros (todo bueno, bonito y barato), las playas nos abrazarían hasta extasiarnos y el sol arroparía el frío de nuestras almas.


viernes, julio 20, 2007

En busca de la guayabera perdida...


Este sábado se casa mi amiga Delfina, no me pelo ese bonche y más si me invitaron, aunque a veces no le paro y le meto al arrocero. Lo cierto del caso, es que ella tan peliculiar, tan chic, tan sifri, tan ella pues, pide que los caballeros lleven "guayabera". No sé si es moda o siente afecto por Cuba, pero todos tenenos que llevar la bendita guayabera. Más bien creo que es la tendencia en celebraciones de bodas sofisticadas, es decir del jet set. Desde hace meses la estoy buscando, porque claro, los que me conocen saben que no quiero una guayabera cualquiera; tiene que ser algo diferente, pero tampoco una que tire cohetes... tu sabes guardando distancia. He recorrido Caribbean Mall, Plaza Mayor, todos los centros comerciales y se ríen en mi cara cuando digo la palabra: "Guayabera". Los nefastos vendedores dicen: "jajajaja, eso no se usa mijo". He pasado el malestar de caminar de incógnito los turcos (tú sabes, cuando uno es famoso no debe hacer eso, jajajaaja), con mi gorra hasta la nariz y los lentes de sol que parecen de soldador, y aunque nunca entiendo lo que dicen: "halabi jala mel machet ..." creo que con la cara dicen que no hay nada de eso, pero ajuro quieren venderte por 10 mil un juego de sábana pa´tu mamá y un camisón pa tu abuela. Por si fuera poco tuve que ganarme chorros de sudor, bajadas y subidas de tensión por andar zanqueando el mercado de buhoneros, los carretilleros, los jugueros, los tequeñeros y todo lo que termine en "eros". Toda una odisea y sin nada en las manos. (dijera la vieja; sin mangos y con la cerca tumbá).
Me gustó una Guayabera de mi amigo el italiano Roberto Cavalli, pero si me saco los ojos y le pago, tendría que darle hasta las pestañas, las cejas, los lentes y le quedo debiendo, y de pana que yo quiero mucho a la Delfi, pero no es pa´desgraciarme la vida así. Esa (en la foto)debe costar un palo y medio (1 millón 500 mil Bs) fachil perolito... Así que mejor espero llegar a Margarita y darme unas vueltas a ver si hay algo bueno, si no, no me queda de otra que utilizar el comodín que no quería; llamar por teléfono a mi pana Christian Dior.
Después no quiero que digan que estoy frito... Pero de pana, ese maniquí que está en la foto parece como raro, no? osea tiene su tumbao.

jueves, julio 19, 2007

Lluvia

Hoy amaneció lluvioso, tormentoso, oscuro, sombrío...
La naturaleza se vuelca hacia nosotros,
el viento nos pega fuerte en el rostro y nos moja con furia...
Qué nos quiere decir Dios?
Será detente? Será yo tengo poder?
Será un castigo? Será un regalo?
Qué difícil es descifrar cada amanecer y cada rayo de sol...
A veces deambulamos en lugar de vivir.
A veces dormimos cuando debemos estar despiertos
y no entendemos los mensajes que nos da la vida...
Abre tus sentidos: habla, mira, escucha, siente, degusta,
sólo así hallaremos respuestas a nuestras interrogantes,
¡si es que la tienen!
Y si no la tienen, mójate y punto.

martes, julio 17, 2007

Universidad: Buenos Tiempos...


A mis alumnos...
quienes al final terminaron siendo mis maestros.

Mentes

las mentes brillantes manejan ideas,
las mentes corrientes hablan de actualidades,
las mentes mediocres hablan de los demás...
(Gracias Caro)

Periodistas de Portada

Seguro y sin nervios, a Erwin García, siempre le ha gusto ser el mejor. No perdona un error ortográfico y cree que el destino se ha unido a su favor por las tantas oportunidades positivas que le ha brindado la vida.

No por casualidad, en la actualidad ocupa la jefatura de prensa de la alcaldía de Barcelona, pues con sus 27 años de edad, cuenta con una larga experiencia profesional en el mundo de
la comunicación social, aunque está próximo a cumplir 3 años de graduado.

Desde su incursión en el oficio marcó territorio y confiesa que el secreto para destacarse es ser periodista las 24 horas del día. Se siente feliz por lo que hace y disfruta del “corre corre” que representa su trabajo.

Cuando era niño –comenta- sabía que iba a ser periodista. En su infancia, de una manera jocosa y particular, narraba los acontecimientos que ocurrían en el interior de su hogar
. Era un reportero familiar.

Al graduarse como publicista, siendo muy joven, entró en contacto con la pantalla chica y, durante ocho años formó parte del staff de productores de la Televisora de Oriente (TVO).
¿Quién no recuerda el programa infantil El Mundo de Los Chiquitos? Detrás de ese exitoso espacio televisivo regional estaba el trabajo diligente de García.
Su experiencia como productor de televisión lo hizo enfilarse hacia el estudio de la Comunicación Social, carrera que logró con honores.

“Me esfuerzo por hacer un periodismo de altura”, dice sin ánimos de parecer presumido y quien lo conoce lo sabe. Su personalidad desborda sencillez, sus infaltables anteojos y buen gusto al vestir le dan un sello intelectual.

Hace poco tiempo se estrenó como profesor, y enseguida, se ha convertido en uno de los docentes más destacados de la escuela de Comunicación Social de la Universidad Santa María, núcleo Oriente, donde imparte las cátedras de Rediseño Editorial, Diseño de Material Publicitario, Edición de Revistas y Producción de Comerciales de Televisión.

Es un chico que se las trae… Sus alumnos se sienten bien orientados con sus sabios consejos y pregonan el profesionalismo de García, nacido en la ciudad de Anaco, al centro del estado Anzoátegui, pero crecido en la zona norte de la entidad.

Hablar de él y no nombrar su pasó por la agrupación regional Equilibrio, es como no mencionar al cuajao como uno de los platos más exquisitos de la gastronomía oriental. Durante su andar como cantante de música pop se sintió realizado. Es una etapa de su vida que recuerda con mucha gratitud, pero asume que ya pasó.

Dios también tiene un espacio en el interior de Erwin García. Se considera católico 100 por ciento y para muestra un botón: por mucho tiempo formó parte del Centro Juvenil Don Bosco. Quizá por eso es una persona espiritual, entregado al bienestar común, educado y respetuoso al hablar. ¿Quién lo detiene?.

Así es

¿Qué primicia le gustaría dar?
“No puedo decirla”.

¿El evento del año?
“Cada día de mi vida”.

¿La mujer del año?
“Almira Villaroel, mi madre”.

¿Qué le preguntaría a Dios?
“Si seré eterno, y si no, que sea periodista”

¿Ángel o demonio?
“Las dos cosas”


¿Un ritual diario?
“Orar y leer todos los periódicos”

¿El mejor libro?
“El Principito, me encantó”

¿A quién le revisaría el cuarto?
“A todo el mundo”.

lunes, julio 16, 2007

El mejor oficio del mundo


"Pues el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente".
Gabriel García Márquez

viernes, mayo 11, 2007

JÓVENES EXITOSOS




Ya empecé a subir mis archivos. Esta fue una entrevista por el Día de la Juventud reseñada en el diario El Tiempo. ____________________________________________________
SOCIEDAD La juventud no se cansa de luchar para hacer sus sueños realidad

La constancia, el optimismo, la seguridad en sí mismo y el espíritu de lucha son, según los propios chicos, las armas más valiosas para lograr sus objetivos personales y profesionales. Tres muchachos comentan sus experiencias y confiesan algunas de las claves para alcanzar el éxito. I. CALDERÓN / L. CASTRO/ D. ATAGUA
ZONA NORTE / ANZOÁTEGUI.- Cuando de alcanzar sueños y metas se trata hay quienes dan todo para lograrlo. El mundo está lleno de jóvenes que luchan con armas como la constancia y la fe para conseguir lo que se han propuesto en la vida. Erwin García es ejemplo de ellos. Con 27 años de edad ya tiene un título de Licenciado en Comunicación Social y otro en Publicidad. Además, su vocación de enseñar y compartir sus conocimientos lo llevan a desempeñarse como profesor universitario.El éxito obtenido a lo largo de su vida se lo adjudica a su fe en Dios. “Es él quien me da la fuerza para no decaer en los momentos difíciles”, comenta con certeza. “Como en los cuentos”Desde pequeño se trazó metas claras y específicas. Siempre estuvo seguro de lo que quería y en función de ello trabajó con esmero, dedicación y seguridad.Erwin cree "que los sueños se hacen realidad, como en los cuentos de hadas". Una sonrisa hizo iluminar su rostro cuando recordó que desde niño soñaba con ser periodista e interprete.Su cepillo de peinar era el micrófono con el que él y su hermano narraban interesantes jornadas deportivas sin imaginar que su paso por los medios de comunicación se iniciaría cuando cumpliera los 15 años de edad. “Como productor del programa infantil el ‘Mundo de los Chiquitos’”, que se transmitía por el canal TVO comencé a materializar uno mis sueños: ser periodista”.Voz celestial Erwin también asistía a los coros de las iglesias, y cantaba como solista. En el año 2002, después de tanto ensayar, asistió a un casting para formar parte de Equilibrio, un quinteto conformado por jóvenes del estado Anzoátegui.Este hecho lo llevó a pensar que su ilusión de conquistar al público con sus melodías empezaba a hacerse realidad. Su interés en ese momento era que su agrupación fuera seleccionada para participar en el Reality Show Generación S, que transmitía Venevisión. “Le pedí mucho a la Virgen María Auxiliadora porque soy devoto de ella y al parecer escuchó mis súplicas. El 24 de mayo del 2002, día de la virgen, me llamaron para darme la noticia de que Equilibrio participaría en el programa de TV, en el cual alcanzó el cuarto lugar. Así fue que logré otra de mis metas".Para Erwin el secreto del éxito está en buscar lo mejor de sí y explotarlo. “No hay que dejarse llevar por las cosas que dicen los demás. Hay que ser uno mismo, sin dejar a un lado la humildad que caracteriza al venezolano luchador".

Date Duro / Capítulo I: Chupi chupi sobre ruedas...

Este texto lo publiqué en varios diarios cuando estudiaba y todavía no hacía periodismo serio, jajajaja... que lo disfruten! Saludos. Erwin.
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Hace unos días salí de la universidad y me cansé de buscar a Kike (un
pana que me da la cola), pero no lo encontré. No me quedó otra que irme en Taxi. Cuando paré el carro recordé el disco rayado de mi adorada madre: "cuando pares un taxi, obsérvale bien la cara, que sea de confianza... bla, bla,bla." Luego del profundo análisis, concluí: Por supuesto que es de confianza pues es un señor mayor, canoso, con lentes, medio rechoncho y parecido al abuelo de Heidi, ¿qué daño puede hacer ese anciano indefenso?, me monté, no tenía ni música y el silencio era sepulcral hasta que yo inicié la conversación: ¿Y cómo estuvo el día, mucho trabajo?. El abuelo con cierta tristeza me respondió: ¡ay mijo estudie, échele bola, porque esta vida es muy dura, usted no sabe lo que es estar todo el día detrás de este volante!. Si el señor seguía hablando yo iba a largar el llanto: Me compadecí de él. Así que le dije bueno vamos a invitarle un fría pa´ que no se queje, y el viejo me dijo: no mejor dame los reales que yo tengo otra manera de divertirme. Y yo me quedé intrigado. Hasta que veo, que a la altura del Barrio Saigón empieza a bajar la velocidad. ¿Qué hace ese este viejo de mier... en este lugar que matan nada más con el pensamiento? Me levanto y le digo: "Yo no me quedo aquí". El respondió: "Un momentico hijo que voy a saludar a unas amiguitas". Cuando de pronto veo que sale de un matorral, una chica de ébano que serpenteaba como si tuviera los guasarapos revueltos, con una licra fucsia que le paraba la circulación, y una diminuta camiseta con la que se podía apreciar lo despechada (léase sin pechos) y desnutrida que estaba. El cabello más corto que el mío y sin peinar, bañada en cicatrices por todos lados, con la cara llena de talco y los labios de color rojo onoto. Ante este apocalíptico panorama, yo me quedé congelado y mudo. Se trataba de una integrante de la banda las "chupi-chupi", aquellas que cobran el precio solidario de 500 bolos por succionártelo en el carro. El viejo bajó mi ventana y la desgraciada tuvo la desfachatez de sonreir aún cuando le faltaban los cuatro dientes delanteros. Con aires de Xica Da Silva le dijo al chófer: Hola papi, me trajiste carne fresca. Yo no me aguanté, y cagado le dije: "No señora, jejeje". Acto seguido, me acarició la cara y me dijo no tengas pena, mira que sin diente es más sabroso... ¡nada más de imaginármelo se me revolvieron las tripas! De pana que esa negra era fea con bolas, yo quería dejar la peluca, pero el chófer estaba enamoraísimo. Así que me arreché y le dije: "Arranque o me bajo". El viejo entendió y le prometió a su muñeca que vendría a recibir su ración en unos minutos. ¿Quién diría que el viejito bondadoso era malamañoso. Por eso digo que las madres tienen mucha razón, la próxima vez que me monte en un taxi voy a volver a ver bien la cara. Pasé el susto de mi vida, he visto gente fea y a ella. Ahora cada vez que veo el comercial de Bon Ice recuerdo a la negra y no precisamente por pingüino sino por chupi-chupi.
ERWIN GARCIA