lunes, junio 16, 2008

Feisbuk-adictus


Tengo una razón muy poderosa por la cual casi no escribo en el blog. Creo que Facebook me está robando la musa, la creatividad, el tiempo y la privacidad. Padezco de una adicción desenfrenada hasta ahora. Sin darme cuenta me he vuelto un chismoso empedernido hambriento de hurgarle la vida a otros, capaz de amanecer revisando fotos ajenas y comentarios: “si estás bella, te quiero, te amo, eres adorable...” Nunca había visto tanto empalago junto por una canalla fotografía de una desconocida. Es como una especie de intruso o virus gusano que vive alojado en tí las 24 horas y te dice: ¿Qué hay de nuevo en Facebook?
La cuestión se presta para odiar a esa gente envidiosa que cuelga las fotos donde sales más feo o las imágenes viejas que quisiste desaparecer pero no pudiste. Definitivamente creo lo hacen con fines meramente morbosos y destructivos, con la fija intención de menguar tu autoestima; y es así como apareces con la boca abierta, los ojos cerrados, un afro o tomuza implacable que no detiene ni el mejor anti frizz, y no te queda más que decirte: Trágame tierra, y colocar un comentario diciendo: “jajajaja, que risa me da”, o más hipócrita aún; “qué hermosos esos días, recordar es vivir…” y por dentro: ¿De dónde *(/%$·W#@€ salió esa foto tan denigrante Model foquels?
¿Sitio socializador? Todo lo contrario, ya estoy que no quiero hablar con nadie, no quiero que me fastidien cuando ando con esta bendita manía. Estoy tan embelesado que siento que la gente no existe y nadie tiene rostro ni voz. No escucho, no veo, no siento… estoy atrapado, Auxilioooo!!!
Hay una parte que no entiendo. ¿Quién me lo explica? tus enemigos de toda la vida quieren ser tus amigos en Facebook, y en la calle te pasan por el lado y ni te miran, ni te saludan, pero te insisten tres y cuatro veces para ser tu amiguito. ¿Doble vida? ¿bipolaridad? Vayan al psicólogo infelices.
Cada mañana abro el correo y veo más de 60 mails diciendo; Mariela te envió un mensaje, Andrea te dio un toque (upaaaa, quiere candela), Raúl te dejó un video, Marlin te dejó un chocolate, Esteban comentó en tu foto… ¡Ay ya no más correos basura! digo al momento, pero al rato empiezo a ver hasta donde me llevan y así paso horas.
Lo que me tranquiliza un poco es que no estoy sólo en este enredo. Claudio Nazoa también anda perturbado. “Estoy traumatizado. Le tengo miedo a la computadora aunque esté apagada. En su pantalla, veo miles de amigos asomando sus cabecitas y sus manos, tratando de tocarme, rogándome que los acepte”. Yo tengo los mismos síntomas, me siento perseguido, acosado, por una horda de fans desconocidas que dicen conocerme y en mi desgraciadísima vida me las he topado.
Al pana Francisco Granados (el suertudo “Hugh Hefner venezolano”que aceita a las mamis de Urbe Bikini) le estoy haciendo la competencia dijo que quería tener un millón de amigos, yo me conformo con tener mil amigos y aprovechando el efecto de la reconversión monetaria (de Bs a Bsf) llego al millón fácil. Ahora me compré un Blackberry y ando más autómata, hiperkinético y fiebrúo que nunca. Al foso todo el que me hable cuando tenga esto en mis manos, es más; les advierto que no pierdan su tiempo. No me saluden, no me digan nada, les aseguro que por más que traten, no serán escuchados. Ignórenme mejor.
De todo esto lo que más anhelo y disfruto es seguir reencontrándome con mis amigos de la infancia y la juventud; esos que te hacen revivir la nostalgia de aquellos días y la inocencia de aventuras plenas de alegría. Amigos de siempre.
Ojalá se me pase rápido esta conducta tecnoestúpida para volver a ser yo y seguir dándome duro con mis crónicas de la vida misma.

Disculpen. Ya vuelvo, llegó un fun wall a mi muro.