miércoles, agosto 27, 2008

Desahogo


¡Me enredo, me zafo, me enrollo, me destapo, me aprieto, me suelto, me estiro y me encojo, me amarro y me libero!
Confusiones navegan en el océano de mi memoria maltratando lo que fui, intentando adivinar lo que seré, si es que lo seré… Un nido se teje con hilos de seda gruesa y yo en medio. No veo.
¡Me ahogo, respiro, me escondo y aparezco!
Inciertos los caminos, encrucijadas me acechan, la mente golpea y golpea sin encontrar el grito de nadie y el murmullo de todos. No escucho.
¡Me lanzo, me detengo, me levanto y me caigo!
Es el temor de arriesgarlo y alterarlo todo, es descubrir que nada de lo que tenía era cierto, es contemplar que el mundo recorre a mi lado y no avanzo, es estar en el piso echado a la nada. No siento.
¡Me encuentro, me pierdo, me voy y me regreso!
Es ver como la arena se desliza entre mis dedos sin poder guardarme un poco, es querer tener un desierto entero que parece un espejismo cada vez más distante. Es todo, es nada, soy el rey, soy el esclavo, ¿Soy yo, o no soy yo?.

lunes, agosto 04, 2008

Un viaje de menudencias!!!

Yo sé que viajar es un placer, pero a veces para mí, no lo es... No puedo ocultar que soy un ser hiperkinéticamente traumado y un perfeccionista compulsivo que tengo que planificar y organizar todo con mucha anticipación; comprar boletos, hacer maletas, reservar hotel, cuadrar comidas, dinero efectivo y sistemas de pago alternos, por si acaso me roban o me clonan la tarjeta (ambos de moda en cualquier lugar de la patria) Ufff!!! Ya me estresé de sólo recordarlo. Siempre voy con plan A y plan B. Místico, tibio y calculador. Iba a un Seminario en Caracas, aparte tenía mil planes, reuniones con amigos y cenas de negocios que nunca se dieron. Podría decir que casi todo me salió al revés… Jueves 4.45 am, me levanté de mi cama para no perder el vuelo que salía a las 7:30 am. Una vez más revisé la maleta que había inspeccionado el día anterior más de cuatro veces. Todo en orden. Salí de casa y llegué al Aeropuerto a las 6.00 am, fui el primero en la fila para el check in del equipaje. En ese momento de espera empecé a recordar… ¿Por qué no me fui con Johanna en su camioneta? ¿Por qué no me fui en bus con el grupo completo? ¿Por qué no me voy en taxi como bien dijo mi progenitora?. Bah!!! ya estoy aquí, viajo cómodo, llego en media hora y me voy de tiendas… 7:00 la voz oficial dijo algo que nunca entendí, típico que quieren decir algo y escucha la mitad: Señores pasajeros que adquirieron boletos a las zziizziiizz con destino a zzuzuzuzuzzz por favor dirigirse a la puerta zzzzzzeeezeeezzz. No entendí nada y me acerqué a la cabina, pero la tipa (que habla pa`dentro) nunca lo repitió. Corrí en vano, era otra aerolínea. A las 9:00 am. Ya estaba alterado. Veo movimiento de embarque, me piden el ticket, luego entro, me acomodo en mi asiento, al lado me tocó un señor bien popular y criollo, bastante sudado y con cierto hedor “pacusiano”, hablaba como pitufo gruñón, me dijo tres cosas y no le entendí nada, traté de sonreir con la mejor diplomacia posible, tratando de soportar su peculiar aroma. Empezaron las bellas azafatas con su cinturita de avispa a tongonearse con maestría. ¡Son unas perversas! con su moño recogido y cara de mosquita muerta hacen babosear al más escrupuloso de los pasajeros. El obeso fétido estaba fuertecito, con la lengua afuera, viéndole el trasero a una de las que explicaba el cuento de los salvavidas y las mascarillas. De pronto, habla en capitán de la aeronave: Pedimos disculpas pero la unidad no puede despegar por fallas en el tablero… mi vecino (el gordo podrío) dijo en su vulgar lenguaje: "Nojoda, en esta mier… nada sirve, dénme un ibuprofeno que tengo un fiebrón que me está matando y dénme comida que tengo hambre". Jejejejeje, no sé que le pasó pero pedía más que perolito y escal-lata. Yo volé del asiento para no morir de pena, pero igualito todo el mundo me miraba de reojo porque creían que yo andaba con él. Otra vez a la sala de espera. Un chamo con pinta de universitario medio loco se acostó sobre las sillas, como si nada. El resto estábamos enardecidos. Yo llamé a la prensa para escandalizar y procurar una solución rápida. No hubo respuestas de la aerolínea. A cada rato venía un representante con cara de pánfilo a decir: “aún no sabemos nada, deben esperar, ya resolveremos”. Una señora mayor con aires influyentes, muy bien vestida, labios maquillados con frenesí senil, bañada en olor a channel y con bolso de Louis Vuitton, tomó su celular Iphone (mucho pa` esa doña) y le dijo al empleado (en tono indómito): “le paso a mi hijo”, de inmediato la sacaron escoltada del lugar. Quién sería? Me quedó la duda. Mientras tanto, yo me quité la chaqueta, el suéter y me quedé en fanela y jeans. El calor se apoderó de mí, la desesperación ya me había poseído desde hacía rato. Pasaron dos horas, hablé con todos mis vecinos, conversé tanto que se iban y venía otro, se iban y se instalaba otro, hasta que así llegaron a las 12.45 pm y aquella hambruna no era nada normal, ya las tripas me crujían en tono de Do menor. Hasta que de pronto uno de los empleados dijo: Listo, podemos hacer una fila para entrar. Todos corrimos al mejor estilo de una cola de Mercal (dícese de los distribuidores alimenticios populares oficiales) y perdimos el estilacho empujándonos para abordar. Una vez adentro, cerré los ojos, respiré y en menos de lo que canta un gallo, ya estaba en Maiquetía. A pesar de todo eso, mi suerte comenzó… a ratos me tocó conversar con el chamo con pinta de universitario que se acostó sobre las sillas y resultó bien pana. Me cedió su taxi ahorrándome nada más y nada menos que 170 Bsf. ¡ Aún en 2008 hay gente buena y desinteresada, wow! Este trance no se lo deseo a nadie y mucho menos si pagas un servicio con la creencia de que vas a viajar como un ejecutivo y terminas siendo tratando peor que un mendigo. Por lo menos, al llegar traté de conectarme con los aires de la ciudad, lavarme la cara y olvidar el episodio. Tanto así que fui al seminario, me encontré con el equipo completo y fuimos retratados frescos como unas lechugas, aunque yo llevara la procesión por dentro. La próxima vez no organizo nada y viajo improvisadamente, de seguro me saldrá mejor…

"El hombre no ha sabido organizar un mundo para sí mismo y es un extraño en el mundo que él mismo ha creado". Alexis Carrel (1873-1944) Biólogo y médico francés.