miércoles, noviembre 12, 2008

Ayúdanos Freud, o más bien aléjate!!!



Yo creo que todos tenemos algo de locos. Es más lo confirmo. Comienzo por mí, apenas piso la calle empiezo a cantar como si estuviera en latin american idol sin importarme los transeúntes que me tropiezan, a quienes agravio y casi desgarro sus tímpanos con mi hilarante voz. A veces ando medio bipolar, alegrísimo, tristísimo y en estos días estresadísimo. Perfeccionista, precavido, preventivo, hiperactivo, sobreseguro. Extra-escrupuloso; limpio y relimpio los cubiertos antes de comer, reviso la pulcritud de los vasos donde voy a tomar, no me gusta que me rocen, ni acercarme a la gente sudada o con calor, ni pasar cerca de alcantarillas, ni pisar las rayas de las aceras, casi soy Melvin Udall; el maniático de la película Mejor Imposible, interpretado por Jack Nicholson.
Definitivamente, en algunos la locura está dormida, en otros despierta de vez en cuando, y en el resto está activa todo el tiempo. Mis compañeras de trabajo (medio paranoicas) han optado por tomarse unas pepas (píldoras) de aquietantes con la intención de que yo me las tome, tan bellas, jejejejeje, qué manera tan fármacoadicta de decirte “tranquilito papá”. Ultimamente me siento psiquiatra, ya identifico las patologías… es decir me doy cuenta rapidito de las taras de la gente. Muy cerca de mí he visto de todo, válgame Dios… a una joven cuando tiene el período menstrual se torna muda, sorda, llorona y adicta al chocolate, otra (ilusa) se enamora sola y pasa horas con el celular en la mano esperando el infortuno mensaje que sólo dice: ¡Hola!, otro (con trastornos de personalidad) cree que es un galán y rompe los espejos tan sólo de verse, otro (depresivo) se cree la peor miseria del mundo, y si lo miras mal, se lanza del balcón. Tengo una tía (hiponcondríaca) que presiente los dolores y vive todos los días metida en una farmacia, se conoce todas las medicinas y tratamientos, casi, casi es doctora. “Ay mijo me quiere dar algo, cómprame Parsel por si acaso es dolor de cabeza y Loperam por si es una evacuación líquida pertinaz (es que no quería decir diarrea, pero ya lo dije). Un pana siempre cree que lo van a robar o matar, y mira para todos lados a cada rato, cuando se baja del carro es prácticamente una odisea (ataque de pánico). Una conocida es la propia sabelotodo, apenas invento que anoche fui al cine y vi una película “x” , y ella salta (esquizofrénica) y dice: yo también la vi, sin siquiera existir tal film (alucina), ¡sabe de toda vaina!, ¡se mete en toda vaina!, ha hecho de todo, es polifacética; con tan sólo veintidos años dice que ha sido mesonera, periodista, locutora, mensajera, prostituta, esotérica, política, chofer, decoradora, peluquera, cocinera, traidora, amante, perra, gata, se inventa viajes imaginarios al exterior porque ni pasaporte tiene y se cree la tapa del frasco (delira) . Para rematar, en estos días me ha tocado trabajar con un viejo con una enfermedad que decidí definir, con el permiso de Freud, como “mitómano charlatán mojonero compulsivo in crescendo”. Lo peor es que ya no me aguanto que me vea cara de excusado. El tipo llegó diciendo que era un gurú del periodismo y yo: ¡wow voy a aprender de él!, pero resultó ser el propio estafador. Un día dijo que trabajó con una trasnacional que le hace la publicidad a Efe, al rato dijo que era Tío Rico, días después le dijo a un señor que su material lo mandaba a hacer solamente con la gente de Savoy y cuando se lo presenté a mi hermano le soltó una perlita: Yo sólo hago la publicidad con la gente de Nescafé, aquí fue donde caí en cuenta de que no sólo padece del síndrome de mentira fresca, sino que echa más cuento que los mismísimos hermanos Grimm (creadores de Blancanieves, Cenicienta y Hansel y Gretel). El tipo también me dijo que vivía en un penthouse con vista al mar, y lo pillé metiendo su ropa a un hotelucho de poca monta. Bien dice mi sabia madre que entre cielo y tierra no hay nada oculto. La mentira no trae nada bueno, te aleja de la verdad. Después de esta descarga de psicología turbia, ojalá todos nos descubramos y encontremos una vía hermosa para desahogar nuestra demencia. Esa locura que nos hace únicos, diferentes e irrepetibles. Piensa en voz alta, ríete solo, no le pares a nada, haz el ridículo, sé tú mismo, sé feliz, “come hormigas, come con las manos…" jejeje. Seguro después de esto, más de uno va a querer que me vaya a tumbar en un diván, pero no, todavía me falta mucho. Yo no estoy loco, lo que estoy es planetario.


Es cosa admirable que todos los grandes hombres tengan siempre alguna ventolera, algún granito de locura mezclado con su ciencia.
Molière (1622-1673) Comediografo francés.