viernes, mayo 11, 2007

Date Duro / Capítulo I: Chupi chupi sobre ruedas...

Este texto lo publiqué en varios diarios cuando estudiaba y todavía no hacía periodismo serio, jajajaja... que lo disfruten! Saludos. Erwin.
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Hace unos días salí de la universidad y me cansé de buscar a Kike (un
pana que me da la cola), pero no lo encontré. No me quedó otra que irme en Taxi. Cuando paré el carro recordé el disco rayado de mi adorada madre: "cuando pares un taxi, obsérvale bien la cara, que sea de confianza... bla, bla,bla." Luego del profundo análisis, concluí: Por supuesto que es de confianza pues es un señor mayor, canoso, con lentes, medio rechoncho y parecido al abuelo de Heidi, ¿qué daño puede hacer ese anciano indefenso?, me monté, no tenía ni música y el silencio era sepulcral hasta que yo inicié la conversación: ¿Y cómo estuvo el día, mucho trabajo?. El abuelo con cierta tristeza me respondió: ¡ay mijo estudie, échele bola, porque esta vida es muy dura, usted no sabe lo que es estar todo el día detrás de este volante!. Si el señor seguía hablando yo iba a largar el llanto: Me compadecí de él. Así que le dije bueno vamos a invitarle un fría pa´ que no se queje, y el viejo me dijo: no mejor dame los reales que yo tengo otra manera de divertirme. Y yo me quedé intrigado. Hasta que veo, que a la altura del Barrio Saigón empieza a bajar la velocidad. ¿Qué hace ese este viejo de mier... en este lugar que matan nada más con el pensamiento? Me levanto y le digo: "Yo no me quedo aquí". El respondió: "Un momentico hijo que voy a saludar a unas amiguitas". Cuando de pronto veo que sale de un matorral, una chica de ébano que serpenteaba como si tuviera los guasarapos revueltos, con una licra fucsia que le paraba la circulación, y una diminuta camiseta con la que se podía apreciar lo despechada (léase sin pechos) y desnutrida que estaba. El cabello más corto que el mío y sin peinar, bañada en cicatrices por todos lados, con la cara llena de talco y los labios de color rojo onoto. Ante este apocalíptico panorama, yo me quedé congelado y mudo. Se trataba de una integrante de la banda las "chupi-chupi", aquellas que cobran el precio solidario de 500 bolos por succionártelo en el carro. El viejo bajó mi ventana y la desgraciada tuvo la desfachatez de sonreir aún cuando le faltaban los cuatro dientes delanteros. Con aires de Xica Da Silva le dijo al chófer: Hola papi, me trajiste carne fresca. Yo no me aguanté, y cagado le dije: "No señora, jejeje". Acto seguido, me acarició la cara y me dijo no tengas pena, mira que sin diente es más sabroso... ¡nada más de imaginármelo se me revolvieron las tripas! De pana que esa negra era fea con bolas, yo quería dejar la peluca, pero el chófer estaba enamoraísimo. Así que me arreché y le dije: "Arranque o me bajo". El viejo entendió y le prometió a su muñeca que vendría a recibir su ración en unos minutos. ¿Quién diría que el viejito bondadoso era malamañoso. Por eso digo que las madres tienen mucha razón, la próxima vez que me monte en un taxi voy a volver a ver bien la cara. Pasé el susto de mi vida, he visto gente fea y a ella. Ahora cada vez que veo el comercial de Bon Ice recuerdo a la negra y no precisamente por pingüino sino por chupi-chupi.
ERWIN GARCIA

2 comentarios:

Ana Sosa M. dijo...

JAJAJAJAJAJJAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAA

NO SUPERO ESTE CUENTO DE VERDAD
QUE EST´A EXCELENTE !!!!!!!!!!!!
PARA QUE VEAS QUE ME DI DURO CON TU BLOG

LASTIMA Q VIVAS EN BARCELONA,
PUES YO VIVO EN CCS

UN BESO
TU FAN ENAMORADA

Santina Gemma. dijo...

Erwuín yo también tengo algo que contar con los taxí.
Cuando vivía en Valle de la Pascua, me toco ir a la consulta en caracas, cuando llegamos al nuevo circo de caracas, teníamos q tomar un taxí para ir a la casa de mi tio; el chofer le dice a mi mamá, ¿ponga el bolso en la parte del copiloto?, y lo puso.
Era un bolso de tela, y tenía un candado de pasó.
Yo no le quitaba la vista del bolso, el sr con una buena charla,
abrío el candado ¿como no sé? y después abrio el bolso, y comenzó
sacar la ropa del delicadamente, y la tiraba debajo del carro, yo quería decir algo pero la lengua la tenía paralizada, era como si Dios no quisiera que hablara, y fue mejor para las dos.
Llegamos al apartamento y el (SR) Quería cobrarse la carrera, como el viaje de Valle de la pascua a Caracas.
Por la Noche mi tio dice: ¿Vamos a salir vístanse?
Cuando mi mamá abre el bolso se dio cuenta q faltaba: 2 vestidos míos, el estuche maquilaje, el desodorante, la colonia, el cepillo de cabello de mi mamá, y lo peor era que yo veía algo extraño pero no podía mover la lengua, porque si hubiera hablado no lo estaría contando.

Así que hazle caso a tu mamá, y no creas que por ser personas mayores son gente de bien, será
(bien rateros)

Para el Mñeco que quiero mucho: Santina.