lunes, enero 21, 2008

Odio los domingos!!!


No entiendo que me pasa hoy...
Es como si una sábana me arropara con sus manos gigantes y no me dejara salir de la cama, pero tampoco me deja dormir plácidamente. A veces me sucede todo lo contrario; me levanto como un sonámbulo a las 6 de la mañana como si fuera a trabajar, pero lento y pesado, es allí cuando me pongo a ver tele, a pensar en la inmortalidad del cangrejo, a soñar despierto, a adivinar el futuro y a rememorar el pasado porque el presente lo pierdo echado en un colchón hundido por mi forma. Es allí cuando recuerdo… “Hoy es domingo”.
Empiezo a buscar algo bueno en la pantalla y nada!!! Lo peor de lo peor: series viejas de la época de cuando mi abuela era pura, virginal y casta. Los capítulos que me sé de memoria de El Chavo, y la canción del “chirinchirinchunflay”, la aburridísima Casa de la Pradera y su llorantina perpetua, las comiquitas con vocabulario exclusivo para niños índigo: “amigo esta novedosa máquina de ultrasonido es fantabulosa”, los documentales del bendito león comiéndose a la cebra, la Casa de Lucy enseñando a tejer un suéter en punto de cruz, y puras vainas inútiles.
Me levanto. Trato de hacer ejercicio, pero el cuerpo está como sostenido en un sopor profundo. Es una sensación tan rara pues ni camino, ni vuelo, sino todo lo contrario. Abro la ventana y es como si el sol también se tiró al descanso, las sombras enturbian el día, la brisa pide permiso para soplar, pero no sopla.
Mi madre acaba de decir: los domingos uno no encuentra ni que hacer. Otra más. Bienvenida al club. Es el día que más odio, no es ni sábado ni es lunes, no es descanso que disfruto, ni trabajo que me ocupa. No sé qué carrizo es.
Es allí cuando recuerdo que quiero comprar un estuche para el tormento de mi paz (teléfono) que de tanto usarlo y tirarlo cuando tengo estrés, ya se está rayando el pobre. Pero las tiendas están cerradas. Deseo una torta bien grande y grasosa de chocolate puro, cremosa y rebosante, pero están cerradas las pastelerías. Lo comprobé después de tres intentos fallidos, cuando llegué al último lugar; sólo hay de fresa. No! Es un día pavoso, de esos que sientes una nube negra sobre ti.
Mi hermana Elialmy ha dicho hoy tres veces: Los domingos me halan de los pelos, me pongo a pensar quién podría estirarle la cabellera a esa pobre muchacha, sigo pensando en su cabellera, en su cabellera y me vuelve a dar rabia que sea domingo. La veo como desesperada, se quiere hacer todos los tratamientos de belleza más ociosos de este mundo: se partió un huevo crudo en la cabeza, previo un show de circo para hacerlo. Aplausos y risas. Luego, como alocada, metió los pies en agua tibia para hacerse una pedicure, se puso varias cremas en la cara, se masajea por todos lados y se coloca una bolsa en el cabello. Ya la entiendo, hoy es domingo.
Yo, entro a Internet, abro mis páginas favoritas y me salgo. Repito el mismo rito por dos o tres veces, los domingos nadie me escribe ni leo un post sorprendente, casi no hay noticias. Compruebo que a los periodistas también les da flojera los domingos.
El domingo tengo que pensar qué chaqueta usaré mañana, qué tengo pendiente en el trabajo. El domingo me doy cuenta de que tengo la ropa sucia, de los exámenes que tengo que corregir. Me provoca matar plagas.
Y este sentimiento dominical no es desde ahora, es muy viejo, recuerdo que los domingos de mi niñez eran tan aburridos que mi papá, y que, me llevaba de excursión a un supuesto monte de guerrilleros y era el mismo montecito triste y vacío de siempre, después íbamos a la misa, a comer un de helado del único sabor en la única heladería del pueblo, después devolverse caminando a un bulevar donde solo había matas y yo sentado en el medio viendo como cae el chorrito de la fuente, que a veces ni agua tenía, este karma me persigue todavía…
Hoy es el día que me baño más largo y me enjabono hasta llenar de espumas el baño. Leo los periódicos, los releo. Como y recomo. Reviso fotos viejas, canto canciones, me dan ganas de ir a misa y no voy, me dan ganas de llamar a mis amigos y no los llamo. El calor es más calor, el fastidio es más fastidio, qué carajo pasan los domingos. Nos volvemos mudos. Los gestos ni siquiera salen, nos miramos con desprecio, nos ignoramos. Qué debo hacer los domingos que no sea ver a mis familiares y estar en la computadora? Que de paso es lo único que me gusta del domingo. Hago mil cosas, y todavía me sobra tiempo. Voy en el carro y por más que busco algo para divertirme, no encuentro, es peor que tener fiebre, vomito, diarrea y dengue junto.
¡Puto domingo de reputación dominguera pútil dominicalmente putácea!. No sé que grosería es esa, pero me gustaría agregarle más sonoridad cada domingo que odie.
Ni siquiera las palabras me salen, seguro el lunes me vuelvo más lucido y brillante, si no les gustó este post, lo siento, pido perdones excusándome porque hoy no es más que un domingo. Lo bueno de esto, es que ya es de noche y deseo con toda mi alma que llegue rápido el día de mañana y volver a ser el que soy. Voy a dormir. Mañana será mejor…
“Puto domingo de reputación dominguera putil dominicalmente putacea”. Jajajaja. Cómo se me ocurrió esto? Jajajaja. Definivitamente estoy loco, producto de mi domingofobia.

P.D: (A pesar del mensaje, esto va para mi hermana Elialmy con todo mi amor).

miércoles, enero 09, 2008

Principeando filosofías


Hoy es uno de esos días de los que no me gustan mucho. 
Me siento como la fábula del enano que tiene un gigante por dentro 
y no sabe qué hacer... 
Enero es uno de esos meses que sin pensarlo me deja soñar tan alto, 
tan alto, que cuando me doy cuenta, 
me pego un trancazo en la cama. 
Hoy es uno de esos días que quiero ser lo que nunca he sido; 
mago, pintor, sacerdote, médico, payaso y Dios.  
El reloj me anuncia que debo empezar a girar mi destino hacia 
mundos desconocidos,  
buscando nuevas fronteras,
sólo dejándome soplar por el mar 
de la esperanza
que atesoro en mi cajón de los buenos deseos... 
Ojalá no sea sólo por enero, y  sea un llamado de la eternidad 
para ser inmortal y lograr todo lo que anhelo,
porque esta vida no me alcanza para ser todo lo que quiero ser 
y todo lo que quiero dar.
A veces siento que no soy de este mundo y que soy uno de los 
herederos de el principito,  
escogido para llevar su mensaje 
a quienes no conocen el amor y la alegría.
 
P.D 1: En navidad, un buen amigo me regaló un libro:
Oups "el mensajero del planeta corazón".
Sólo alguien que me conozca tan bien 
me regalaría  un libro así. 
P.D 2: Hoy por casualidad conocí a otro enviado de el principito, 
creo que somos dos o más. 
Ojalá haya muchos más.




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En una de funny  con mi pana Néstor !!! Loco? Loco estás tú.

martes, enero 08, 2008

Estampas/ Personalidades de 2007

No sé como explicar este artículo... salió en la revista Estampas el 30 de diciembre en un especial de fin de año sobre las personalidades más destacadas de 2007. Tengo que admitir que me da cierta penita pero ahi va...