En estos días - por cosas de la vida - voy de taxi en taxi. Por curiosidad y sobrevivencia he tenido que aprenderme los códigos que ellos manejan. “Estoy efectuando un 17 en A3, el 46 va a bordo y da 75”. “Eso es positivo”.
Cada vez que se acerca el carro, trato de escudriñar el rostro del chofer, saco la mano y se detiene. Apenas abro la puerta del vehículo, veo sonrisas (con dientes, con plancha o sin ellos) caras serias, señores mayores, jóvenes y hasta mujeres de cualquier edad.
Anuncio mi parada y pregunto cuánto es? ¡Casi siempre abusan de la tarifa! y es allí cuando me convierto en ogro y lanzo la puerta sin mediar palabras... zas, y busco otro.
Una vez dentro del coche me transformo en psicólogo, político, sacerdote y desesperado. Me trastorna ensillarme en el puesto del copiloto porque a veces tengo que interactuar con una especie de copete o altar improvisado en algunas tapicerías provistas de una suerte de mantel artesanalmente elaborado con forro de peluche polvoriento y decolorado, sobre éste, una docena de perritos moviendo la cabeza acompañados por una manada de muñequitos de la cajita feliz. Hasta he sido víctima de terrorismo religioso al verme despavorido frente un ekeko (imagen esotérica de la abundancia, fecundidad y alegría con un cigarro en la boca), además de caracoles y figuras budú punzadas en el corazón.
El otro extremo
Un día, me tope con un conductor evangélico que me lanzó la Biblia en las manos y me dijo: “Hermano léame en voz alta Juan 13.8”. Y no pude hacer más que leer obligado, después Mateo 10.12, Lucas 5.7, Cartas a Tesalonicenses, Filipenses… y así me santifiqué hasta llegar a mi destino. Casi bajé hecho un Beato y en lugar de caminar estaba casi levitando hasta que dije una grosería y caí de golpe en el piso. ¡Plop!
Político de ambos bandos
Otro día, me encontré con un fanático del gobierno y me llamó Camarada. De fondo canciones de Alí Primera. Me preguntaba: ¿Verdad que mi presidente es lo mejor que ha pasado por aquí, Y yo: “Claro mi camarada, eso es verdad”, asintiendo la cabeza (como perro de taxi) y con cara de euforia. ¿Cuándo en la vida el pueblo había mandado como ahora?
Al día siguiente, me tocó un opositor del gobierno. De fondo (en repeat) el himno “Un Corazón que grita”. Me llamó Compañero. Me pregunta: ¿Verdad que este presidente no ha hecho nada por el pueblo? Y yo: “Claro mi compañero, eso es verdad”, asintiendo la cabeza (como perro de taxi) y con cara de desamparo. ¿Cuándo en la vida al pueblo lo habían ignorado como ahora? ¡Qué hipócrita he sido! Debo confesarme urgente…
Dr. Corazón…
Me echan los cuentos de los cuernos que montan y me enseñan fotos de sus adulteras y adulteradas… He llegado tan lejos que una vez un chofer me dijo: Amigo dígale a mi esposa dónde ando, que ella no me creé, me pasó el celular y tuve que decirle la calle, vía y avenida a la enfurecida cónyuge, que por su tono de voz imagino que borboritaba espumas por la boca al mejor estilo de "El Exorcista". Al rato me dijo que hiciera lo mismo con otra tipa… Ese era un desmedido y sinvergüenza machista. ¿Ojalá las mujeres le preguntaran su ubicación para montarle cuernos a él?
Porno psicópatas
Los más insoportables son los que narran sus aventuras abigarradas, sádicas y perversas con lujos, detalles y artilugios, recomiendan marca de pastillas afrodisíacas y lubricantes (sin pudor alguno). Y qué decir de aquellos conductores misteriosos que ni gesticulan pero te miran de reojo cada dos minutos como si fueran ladrones a punto de asaltarte, más bien provocando que el pasajero quiera lanzarse del carro en marcha.
He escuchado los vocabularios más impúdicos, los insultos más chocarreros, los chistes más paupérrimos, las filosofías más incoherentes… Por eso cada vez que entro en un taxi me convierto en un personaje desconocido dispuesto a vivir un nuevo periplo.
Actitud premonitoria
La última estrategia que estoy aplicando es sentarme, abrocharme el cinturón y cerrar los ojos como si estuviera dormido para que no despierten mi oprobio con sus submundos retorcidos. Desde hace algunos días prefiero inmutarme y parecer un ser amargado con problemas auditivos, que de paso, padece de mal humor crónico.
No podría ser tan insensato y dejar de reconocer que también he encontrado buenas personas (muy inteligentes) y hasta viejos amigos - hoy profesionales del volante - quienes han hecho que mi viaje sea más ameno, tranquilo y pueda llegar a mi destino rápido, sano y salvo.
Y hablando como los locos, no me he atrevido, ni he pensado siquiera subirme a un mototaxi, ¡sería una aventura extrema!. Antes de eso prefiero bajar el Niágara en bicicleta.
Quiero mi carro ya!!!
Cada vez que se acerca el carro, trato de escudriñar el rostro del chofer, saco la mano y se detiene. Apenas abro la puerta del vehículo, veo sonrisas (con dientes, con plancha o sin ellos) caras serias, señores mayores, jóvenes y hasta mujeres de cualquier edad.
Anuncio mi parada y pregunto cuánto es? ¡Casi siempre abusan de la tarifa! y es allí cuando me convierto en ogro y lanzo la puerta sin mediar palabras... zas, y busco otro.
Una vez dentro del coche me transformo en psicólogo, político, sacerdote y desesperado. Me trastorna ensillarme en el puesto del copiloto porque a veces tengo que interactuar con una especie de copete o altar improvisado en algunas tapicerías provistas de una suerte de mantel artesanalmente elaborado con forro de peluche polvoriento y decolorado, sobre éste, una docena de perritos moviendo la cabeza acompañados por una manada de muñequitos de la cajita feliz. Hasta he sido víctima de terrorismo religioso al verme despavorido frente un ekeko (imagen esotérica de la abundancia, fecundidad y alegría con un cigarro en la boca), además de caracoles y figuras budú punzadas en el corazón.
El otro extremo
Un día, me tope con un conductor evangélico que me lanzó la Biblia en las manos y me dijo: “Hermano léame en voz alta Juan 13.8”. Y no pude hacer más que leer obligado, después Mateo 10.12, Lucas 5.7, Cartas a Tesalonicenses, Filipenses… y así me santifiqué hasta llegar a mi destino. Casi bajé hecho un Beato y en lugar de caminar estaba casi levitando hasta que dije una grosería y caí de golpe en el piso. ¡Plop!
Político de ambos bandos
Otro día, me encontré con un fanático del gobierno y me llamó Camarada. De fondo canciones de Alí Primera. Me preguntaba: ¿Verdad que mi presidente es lo mejor que ha pasado por aquí, Y yo: “Claro mi camarada, eso es verdad”, asintiendo la cabeza (como perro de taxi) y con cara de euforia. ¿Cuándo en la vida el pueblo había mandado como ahora?
Al día siguiente, me tocó un opositor del gobierno. De fondo (en repeat) el himno “Un Corazón que grita”. Me llamó Compañero. Me pregunta: ¿Verdad que este presidente no ha hecho nada por el pueblo? Y yo: “Claro mi compañero, eso es verdad”, asintiendo la cabeza (como perro de taxi) y con cara de desamparo. ¿Cuándo en la vida al pueblo lo habían ignorado como ahora? ¡Qué hipócrita he sido! Debo confesarme urgente…
Dr. Corazón…
Me echan los cuentos de los cuernos que montan y me enseñan fotos de sus adulteras y adulteradas… He llegado tan lejos que una vez un chofer me dijo: Amigo dígale a mi esposa dónde ando, que ella no me creé, me pasó el celular y tuve que decirle la calle, vía y avenida a la enfurecida cónyuge, que por su tono de voz imagino que borboritaba espumas por la boca al mejor estilo de "El Exorcista". Al rato me dijo que hiciera lo mismo con otra tipa… Ese era un desmedido y sinvergüenza machista. ¿Ojalá las mujeres le preguntaran su ubicación para montarle cuernos a él?
Porno psicópatas
Los más insoportables son los que narran sus aventuras abigarradas, sádicas y perversas con lujos, detalles y artilugios, recomiendan marca de pastillas afrodisíacas y lubricantes (sin pudor alguno). Y qué decir de aquellos conductores misteriosos que ni gesticulan pero te miran de reojo cada dos minutos como si fueran ladrones a punto de asaltarte, más bien provocando que el pasajero quiera lanzarse del carro en marcha.
He escuchado los vocabularios más impúdicos, los insultos más chocarreros, los chistes más paupérrimos, las filosofías más incoherentes… Por eso cada vez que entro en un taxi me convierto en un personaje desconocido dispuesto a vivir un nuevo periplo.
Actitud premonitoria
La última estrategia que estoy aplicando es sentarme, abrocharme el cinturón y cerrar los ojos como si estuviera dormido para que no despierten mi oprobio con sus submundos retorcidos. Desde hace algunos días prefiero inmutarme y parecer un ser amargado con problemas auditivos, que de paso, padece de mal humor crónico.
No podría ser tan insensato y dejar de reconocer que también he encontrado buenas personas (muy inteligentes) y hasta viejos amigos - hoy profesionales del volante - quienes han hecho que mi viaje sea más ameno, tranquilo y pueda llegar a mi destino rápido, sano y salvo.
Y hablando como los locos, no me he atrevido, ni he pensado siquiera subirme a un mototaxi, ¡sería una aventura extrema!. Antes de eso prefiero bajar el Niágara en bicicleta.
Quiero mi carro ya!!!
22 comentarios:
JAJAJAJA! Dr Corazón! que terrible esa parte y la de ser oposición y oficialismo xD!
bueno, no me han tocado ninguna de estas experiencias 'extremas' de las que hablas tu con un taxista! primero: SIEMPRE voy en el puesto de atrás! segundo: soy secante en las respuestas, cuando no estoy de animo, sencillamente no hablo! (paso por maleducado) Tercero: ya tengo mi línea de confianza! ellos me conocen y sólo agarro taxis de ellos (porque llego tarde y a mi casa sólo pasan taxis! y pues se me hace más fácil estar seguro!
pero si es cierto, en algún he vividos las más normales... peluches, muñecos, música TERRIBLE! jejeje pero es lo que se hace por llegar un poco más rápido y cómodo!
Hola profe, nunca lo había leído, que crónica tan buena, me transporto de inmediato a cada escena....Su escrito me ha dejado buenas ideas para su clase... Ana Nieves
Chamo que locura tan grande!!! y es cierto eso de que uno se monta en un taxi y se convierte, jajajajajaaj
Eso si, jamás le dije que si a un chavista, primero muerta que bañada en sangre!!!
Me hiciste reir, mucho!
Besos, te sigo leyendo, como siempre.
:)
Erwin García
Periodista. Publicista. Productor de TV. Profesor de Comunicación Social... ¿Futuro Taxista?
Jaja. Bastante risible el post.
Un abrazo.
www.DiariodeunDesconocido.com
Jajajajajajaja..................solo puedo darte la razon y de paso decirte que te falto el que no habla que dicho sea de paso uno no sabe que le sucede o si te va a insultar si le hablas tu primero.......EXITOS.
Siento que en un mototaxi por lo menos no debes mediar palabras con el chofer. A mí una vez me tocó de piloto una mezcla de Dr. Corazón con PornoPsicópata, pero me pareció bastante gracioso... También he estado con los que te miran como que tienen ganas de atracarte. Mi problema es que no soy bueno siendo antipático y así tenga miedo o deteste la conversación, la alargo hasta más no poder: En serio? De verdad? Y qué pasó después? jaja
Saludos Compai
Todos los días de tomo 4 taxis por lo que además de haber vivido todas estas historias (con todo y perritos sobre la tela de peluche), tengo algunas extras... Los que no soporto son a los que empiezan con su Dirty Talk... O un taxista gay que me obligo a leer un mensaje que le llego a su celular y luego me agarro la mano, y me la rasguño además... Lo mejor es seguir el consejo de Gabriel, ir atrás! Saludos Erwin!
Hola amigo muy bueno el post...como siempre, te cuento que cuando me robaron mi carrito el año pasado me toco pasar por todas esas peripecias y otras más, imagínate me subia a los carros con coche el bb y todo el perolero para hacer la ruta de mi casa a la guardería y despues al trabajo. Lo que menos quería era que me estuvieran investigando la vida, pero son demasiado chismosos algunos taxistas y se aprovechan de uno cuando lo ven en la situación en que yo estaba; pero son muy necesarios, un beso.
Aleida Mata
Bueno lo mejor es tener que acompañar al taxi a hacer una diligencia. Muy bueno padrino. Nos vemos por la vida
Yo le echo piernas siempre no soy de autobuces y en todo caso taxis, pero prefiero la cola de una amigo o una amiga xD
No reconorro mucho mundo en realidad, soy de cuatro esquinas, de mi querido Puerto Ordaz ;)
Saludos! DTB!
Esa es la mejor actitud pasar por mal educado o decir disculpa me pana, pero me duela la cabeza. Te faltaron los que escuchan vallenatos, reguetón o música cristiana como si a todos nos complace esas melodías.
yo no soy muy diplomatico (y deo=bo aprender a hacerlo) por lo general tomaba taxi si iba muy tarde al trabajo y no me gsuta mediar palabra alguna, y aunque es muy pedante de mi parte ni respondia cuando me hablaban, ni de politica, musica, filosofia, naaada... en el taxi lo que iba era pensanado la excusa que daria en el trabajo o estudiando para la univ.
Caso contrario,cuando salia de la univ tooodos los taxis me preguntaban "Que estudias" y al decir Psicologia (congele el sem por cierto) todos me contaban sus rollos y para mi, aunque no debe hacerse pero eso es otro cuento, me servia para ir ejeciendo la carrera.
(Sera que alguien lee todo este testamento?)
saludos erwin!!!
No se que es peor si un taxita o una manicurista? Lo que preguntan es verrrga y de alguna manera u otra te coca responderles o mínimo llevarle la bola mientras hablan peperas… yo me pongo mi I-pod y pongo mi cara de limón con sal y aun así preguntan, y hablan y hablan y bueno hablan!!! Yo que tu aprovecho mi tiempo en los taxis pa rezar un pelo a ver si la mano divina te ayuda con el carro!!!
TIENES TAREA EN MI BLOOG BRO....EXITOS
Amigos disculpen mi abandono pero de verdad he tenido que asumir muchas responsabilidades por cuestiones de trabajo, pero prometo que seguiré escribiendo y lo mas atento posible de cada uno de sus blogger.
Se les quiere mucho y espero que lean la cuarta parte de “Ojos Que Hablan” que ya esta publicada.
Espero contar con ustedes así como ustedes conmigo, los quiero mucho y no me olviden.
Atte: Luis Urribarri
Creo que un día le daré continuidad a tu post hablando de esos taxistas que te preguntan tu profesión y luego se jactan y se esfuerzan en hacerte saber que ganan más plata que tú. Te dicen: "qué arrecho chamín, ya yo me voy a comprar un tercer taxi; la mujer mía quiere una tucson, pero vamos a ver".
Un abrazo bro.
Yo prefiero callar. Uno nunca sabe con quién está hablando cuando entabla una charla con el taxista. ¿Alguien recuerda lo que lo pasó al personaje que interpretó Jean Paul Leroux en "Secuestro Express"?
Saludos
www.charlasdecantina.blogspot.com
Jajajajajaajajajaj mi corazón me has hecho agradecer con toda mi alma que tengo carro...gracis por hacerme apreciar lo que tengo...besos
TENIA TIEMPO SIN ENTRAR EN ESTE BLOG, Y ESTA ENTRADA ME PARECIO MUY BUENA Y GRACIOSAS JEJEJE.
UNA COSA CURIOSA DE LOS TAXISTAS ES QUE SIEMPRE INSISTEN DE QUE TE SIENTES ADELANTE, QUIZAS POR MIEDO DE QUE LES CLAVEN UNA PUÑALADA, Y NUNCA FALTA QUE EL ASIENTO DE ADELANTE NO LE SIRVA EL RIEL PARA DESLIZARLO HACIA ATRAS Y TIENES QUE IR APRETAITO CON EL FRONTAL DE LA GUANTERA...JEJEJE,
VELO DEL LADO POSITIVO, A MENOS NO VAS EN AUTOBUS (DESGRACIADOS)
SALUDOS
jajaja Estoy totalmente de acuerdo con Juan Luis, hay q callar. En estos días me ocurrio algo super desastroso, en breve, me monte en uno con mi amiga y empezamos a destruir a alguien, pues el taxista resulto ser el esposo de la susodicha!!! nosotras muertas cuando el tipo volteo su cara para cobrar... no lo habiamos visto, pues ibamos atras...
Pires
Definitivamente sólo a ti y al Pato Lucas le pasan unas cosas que ni contar, no he conocido a alguien que pase por todo tipo de cosas por las que pasas tu en el andar de la vida jeje. Saluditos
Es dificil explicarle a mi teacher porque soy la unica riendose mientras todos escriben sus ensayos en silencio :P
Me encanta tu blog tio jejeje
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