viernes, julio 20, 2007

En busca de la guayabera perdida...


Este sábado se casa mi amiga Delfina, no me pelo ese bonche y más si me invitaron, aunque a veces no le paro y le meto al arrocero. Lo cierto del caso, es que ella tan peliculiar, tan chic, tan sifri, tan ella pues, pide que los caballeros lleven "guayabera". No sé si es moda o siente afecto por Cuba, pero todos tenenos que llevar la bendita guayabera. Más bien creo que es la tendencia en celebraciones de bodas sofisticadas, es decir del jet set. Desde hace meses la estoy buscando, porque claro, los que me conocen saben que no quiero una guayabera cualquiera; tiene que ser algo diferente, pero tampoco una que tire cohetes... tu sabes guardando distancia. He recorrido Caribbean Mall, Plaza Mayor, todos los centros comerciales y se ríen en mi cara cuando digo la palabra: "Guayabera". Los nefastos vendedores dicen: "jajajaja, eso no se usa mijo". He pasado el malestar de caminar de incógnito los turcos (tú sabes, cuando uno es famoso no debe hacer eso, jajajaaja), con mi gorra hasta la nariz y los lentes de sol que parecen de soldador, y aunque nunca entiendo lo que dicen: "halabi jala mel machet ..." creo que con la cara dicen que no hay nada de eso, pero ajuro quieren venderte por 10 mil un juego de sábana pa´tu mamá y un camisón pa tu abuela. Por si fuera poco tuve que ganarme chorros de sudor, bajadas y subidas de tensión por andar zanqueando el mercado de buhoneros, los carretilleros, los jugueros, los tequeñeros y todo lo que termine en "eros". Toda una odisea y sin nada en las manos. (dijera la vieja; sin mangos y con la cerca tumbá).
Me gustó una Guayabera de mi amigo el italiano Roberto Cavalli, pero si me saco los ojos y le pago, tendría que darle hasta las pestañas, las cejas, los lentes y le quedo debiendo, y de pana que yo quiero mucho a la Delfi, pero no es pa´desgraciarme la vida así. Esa (en la foto)debe costar un palo y medio (1 millón 500 mil Bs) fachil perolito... Así que mejor espero llegar a Margarita y darme unas vueltas a ver si hay algo bueno, si no, no me queda de otra que utilizar el comodín que no quería; llamar por teléfono a mi pana Christian Dior.
Después no quiero que digan que estoy frito... Pero de pana, ese maniquí que está en la foto parece como raro, no? osea tiene su tumbao.

1 comentario:

Iliana Contreras dijo...

Este escrito me dio la bienvenida a tu mundo, a una caja de sorpresas, el símil de una piñata para un niño de seis años, full de coroticos. Por momentos río, enfurezco, me conmuevo y hasta me hago adicta…beso.